martes, 9 de noviembre de 2010

Normas para vivir

Habitar la Metrópoli partió de una preocupación con el aparente desorden en los espacios públicos en la Ciudad de México, caracterizado entre otras cosas por la desaparición y/o privatización de los espacios urbanos públicos como tendencia sintomática de la llamada globalización. Tal preocupación fue convertida en proyecto de investigación patrocinado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología del Gobierno Mexicano. Sin embargo, los aportes del libro trasciendan los alcances de aquel proyecto para tratar de desentrañar en términos mucho más ambiciosos las lógicas sociales, o reglas, que ordenan el habitar de los distintos ámbitos de la ciudad. Tres ideas rectoras organizan la búsqueda.
Primero, está la convicción de que "es casi imposible pensar en la metrópoli sin partir de los espacios públicos" , idea reiterada al final: "el orden metropolitano será público o no será tal" .
En segundo lugar está la propuesta de que, tras el aparente desorden cuya manifestación más notable es la sistemática violación de la normatividad formal en los espacios públicos, existe una serie de reglas o lógicas sociales que norman la relación entre las personas y el territorio, y que organizan los comportamientos de los individuos en el espacio urbano. El que los procesos que aparentemente se realizan de manera no regulada se apegan en los hechos a una serie de normas no escritas, se ha desarrollado desde hace tiempo en base al estudio de los asentamientos irregulares (por Antonio Azuela, Ann Varley y el propio Emilio Duhau, entre otros). En este caso, el estudio del uso y apropiación de los espacios públicos, la existencia de tales reglas "no escritas" se postula en dos sentidos. Por un lado, las "prácticas de apropiación y uso del espacio urbano" obedecen a reglas, muchas veces tácitas y no formalizadas y, por el otro, que las reglas "responden alógicas sociales que pueden ser desentrañadas con las herramientas de las ciencias sociales" .
Tercero, y muy importante, se plantea que estas reglas que norman el uso y apropiación del espacio metropolitano, varían de acuerdo con el tipo de espacio urbano habitable. No es novedad alguna señalar las diferencias y desigualdades manifiestas en el espacio metropolitano, lo que se acostumbra denominar "segregación urbana o residencial". Lo que sí empieza a ser innovador es buscar las distintas lógicas que relacionan las diversas formas del habitat con la organización social de las mismas y con las prácticas de uso y apropiación del espacio habitable, y por ende, del espacio público. De ahí se eleva el significado de los diferentes habitats, o formas de producción del espacio habitable, a un rol protagónico en cuanto a la determinación de la experiencia y ubicación del individuo en la metrópoli, y también en la determinación de las reglas que operan en cada uno de ellos. Esta idea evoca el planteamiento del "efecto del lugar", de Bourdieu.
En lo que resta del primer capítulo y en los dos siguientes, se elaboran y se discuten estas ideas a lo largo de un ejercicio teórico bastante bien logrado, donde los autores discuten la relevancia de diversas corrientes y disciplinas para el propósito de su propia investigación. Aquí, se ventila la discusión académica sobre la naturaleza contemporánea de las metrópolis y cómo se deben estudiar, sobre el significado y tendencias del espacio público y, desde luego, sobre qué se dice al respecto dentro del discurso de la globalización. Si bien esta primera parte, titulada "Experiencia urbana, espacio público y metrópoli" hace las veces de un "marco teórico" al orientar el análisis empírico, los resultados presentados en la tercera parte del libro trascienden por mucho estos planteamientos iniciales. El verdadero aporte está en la manera de llevar a cabo y presentar el trabajo de campo y otras evidencias empíricas, así como en las conclusiones que se derivan de éstas. Así, para realmente sacar provecho del libro hay que leer la tercer parte y la cuarta, donde se presentan las ideas más novedosas.
Antes de este análisis basado en trabajo de campo, una segunda parte del libro, titulada "orden metropolitano y división social del espacio" y conformada por tres capítulos, habla específicamente sobre la Ciudad de México presentando los rasgos sobresalientes de su desarrollo reciente en cuanto a aspectos económicos y socio-demográficos. Se destacan siempre los puntos relevantes para entender -o dar orden a- los cambios en las diferentes formas de producción, uso y apropiación del espacio metropolitano: por ejemplo, distribución del ingreso, movilidades, evolución del sector inmobiliario, entre otros, que son los referentes esenciales para el análisis posterior. Todos estos aspectos son indispensables para ordenar la aprehensión del habitar metropolitano, pero el capítulo 6, dedicado a la "división social del espacio metropolitano", constituye la base principal para el análisis empírico de las distintas ciudades o habitats identificados posteriormente. De hecho, este capítulo empieza a clasificar el territorio metropolitano, dando pie a la identificación de las "diferencias" que son el punto de partida de todo el libro.
Precisamente por su papel central en el argumento, vale la pena detenernos en la metodología empleada para clasificar el territorio: ¿Cómo se identifican los diferentes habitats, o ciudades, dentro de la metrópoli? ¿Cómo se justifica la selección de los estudios de caso como representativos de estos habitats?
Los autores manejan varios métodos para clasificar el territorio metropolitano, algunos ya existentes, otros novedosos y que fueron elaborados específicamente en el proceso de investigación que da sustento al libro. En cuanto a las taxonomías existentes, por un lado, se aplica una metodología ya conocida, la del análisis de conglomerados o de "clusters", para estratificar las zonas residenciales por el nivel socio-económico de sus residentes con base en datos censales. Por el otro lado, y reconociendo que la división social del espacio es más compleja que los resultados arrojados por la aplicación de estadística probabilística a variables censales, el libro echa mano a la clasificación del territorio metropolitano por los "tipos de poblamiento" manejados por el Sistema de Información Geográfica. Este fue construido durante un largo período de tiempo en la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco y en el Centro de la Vivienda y Estudios Urbanos AC, y en cuya elaboración colectiva Emilio Duhau ha participado de manera importante en diversos momentos. Los "tipos de poblamiento" se refieren a las formas genéricas de producción del espacio urbano, por ejemplo: fraccionamientos formales, colonias populares, pueblos conurbados, conjuntos habitacionales de interés social, etc. Ambos sistemas de clasificación, el de los estratos socio-económicos y los tipos de poblamiento, operan a escala de áreas censales; es decir, clasifican áreas bi-dimensionales obedeciendo una lógica de los mapas temáticos y al final del capítulo 6 se representan los mapas correspondientes.
Sin embargo, los autores también reconocen que estos ejercicios de la geo-demografía, aunque son necesarios, no son suficientes para sus propósitos. Por un lado, el área censal no ofrece una escala adecuada de análisis, como podría ser la colonia, barrio, o zonificaciones más amplias. Por el otro, la simple clasificación por estrato socio-económico no reconoce diferencias importantes entre miembros de estratos socio-económicos similares que residen en habitats distintos. Pero tampoco están totalmente de acuerdo con las categorías y criterios de clasificación de "los tipos de poblamiento", por lo menos con respecto a los propósitos de su estudio. Por lo tanto, decidieron identificar seis áreas tipo o "ciudades", algunas de los cuales coinciden con nuestros "tipos de poblamiento" y otras no. Cabe mencionar, que estos seis tipos de habitat o "ciudades dentro de la metrópoli" no necesariamente corresponden con un nivel socioeconómico determinado y los estudios de caso toman en cuenta las diferencias.
Sus seis ciudades son:
- El espacio disputado (zonas residenciales en la Ciudad Central con otros usos del suelo)
- El espacio homogéneo (fraccionamientos residenciales medios y altos)
- El espacio colectivizado (conjuntos habitacionales)
- El espacio negociado (colonias populares)
- El espacio ancestral (pueblos)
- El espacio insular (nuevos conjuntos urbanos y fraccionamientos cerrados exclusivos).

Los criterios de identificación de estas áreas testigo o "ciudades" dentro de la metrópoli y la caracterización de cada una de ellas son tema de la tercera parte del libro. Evidentemente no se pretendió una división taxonómica exhaustiva de todo el territorio metropolitano habitable. Hay partes de la ciudad que no pertenecen a ninguna de estas categorías: el centro histórico y la urbanización decimonónica, por ejemplo. Tampoco está representado el espacio habita-cional de los más pobres. Por otra parte, las seis "ciudades" no son espacios necesariamente excluyentes, ya que comparten ciertos atributos entre sí. De hecho, no se pretendió clasificar toda la ciudad en estas seis categorías bajo la lógica booleana (y de la cartografía temática). Las seis categorías de espacios más bien se plantean como tipos ideales que permiten explorar su tema de investigación mediante el recurso metodológico de "áreas testigo": es decir, un número limitado de colonias seleccionadas como representativas de tal o cual tipo de habitat, donde se aplica el trabajo de campo. No está claro si se determinaron, primero, las áreas testigos, y luego se clasificaron en las seis categorías de ciudad, o bien, como sería más ortodoxo, se identificaron las categorías y luego se seleccionaron las áreas testigo apropiadas. De cualquier forma, los autores otorgan poca importancia a la selección de las áreas testigo, que obedeció más a los intereses y posibilidades de los estudiantes que colaboraron en el estudio que un ejercicio de selección representativa (p. 192).
A pesar de la falta de criterios rigurosos en la selección de los casos a estudiar, es muy interesante la forma de exposición y análisis del trabajo de campo en las áreas testigo que contienen los capítulos 8 al 13, destinados a cada una de las categorías de "ciudades dentro de la metrópoli".
En estos capítulos entra en juego la combinación exitosa de técnicas cualitativas, como la entrevista, con datos geo-estadísticos e información arrojada por encuestas, así como la incorporación de los resultados de investigación de una amplia gama de fuentes secundarias y de variada procedencia disciplinar, desde citas a artículos periodísticos hasta tesis de alumnos. De hecho, la incorporación de los resultados parciales (y fotografías) de las tesis de licenciatura y posgrado realizadas por alumnos que colaboraron en la investigación básica de este libro, puede considerarse como otra de sus fortalezas.
De manera parecida, las experiencias personales de los autores como residentes de la Ciudad de México no sólo contribuyen con evidencias para el análisis, sino también les posicionan de cierta manera como "observadores participantes". Además, sus andanzas anteriores en otras ciudades del mundo, tanto en calidad de residentes como de investigadores académicos, les permitieron enriquecer sus reflexiones con comparaciones internacionales. Las referencias esporádicas a situaciones paralelas observadas en el sur de Italia, en París o Buenos Aires ayudan mucho a esclarecer los rasgos individuales y compartidos de los fenómenos analizados en la Ciudad de México. De hecho, sin que se hubiera planteado conscientemente una metodología de investigación comparativa, este libro aporta lo que muchas antologías de pretensiones comparativas no logran: la visión integral informada por la confrontación de experiencias personales. En este sentido es sumamente relevante, y novedosa, esta ubicación de los autores como participantes en el problema de habitar. Es más, este posicionamiento está reconocido en la discusión metodológica sobre las técnicas de recopilación de información empleadas: las observaciones, encuestas y entrevistas.
El método, o mejor dicho, la combinación de métodos funciona; y funciona no sólo para el análisis detallado de cada categoría de habitat, sino también para sacar algunas conclusiones generales sobre las reglas que gobiernan el habitar la metrópoli. No es éste el lugar para comentar las sustanciosas aportaciones parciales sobre cada "ciudad". Cada lector confrontaría su experiencia personal con los análisis presentados y estaría de acuerdo o no con ello. Son resultados parciales que seguramente se convertirán en hipótesis o premisas para estudios futuros.
La cuarta parte del libro hace las veces de conclusiones en tres capítulos. Primero, exploran la percepción de jerarquías establecidas por las prácticas diferenciadas en las distintas "ciudades" dentro de la metrópoli. Luego, analizan con mayor detalle las prácticas de consumo cotidiano en los diferentes ámbitos. Y finalmente, reflexionan sobre el funcionamiento de las reglas que han observado a lo largo del libro: de cómo la manipulación de las leyes formales se ha convertido en norma para la gestión de la Ciudad de México y de cómo esta manipulación se deriva de y a la vez fortalece, el clientelismo.
Es pertinente aquí subrayar algunas conclusiones generales que se derivan del estudio.
La primera es la reafirmación de la hipótesis principal. Que no se puede entender lo que pasa -y lo que no pasa- en los espacios llamados "públicos" sin referencia a lo que pasa con los espacios llamados "privados": los espacios habitacionales, por excelencia, que constituyen la mayor parte del territorio metropolitano.
La segunda también responde a los planteamientos iniciales: la identificación de una multiplicidad de "ciudades" con sus reglas u órdenes propios, cada una de las cuales es analizada por separado en los capítulos correspondientes.
La tercera conclusión es nueva, en el sentido de que no estaba esbozada claramente en los capítulos iniciales, y me parece uno de los principales aportes del libro. Esto es: que las reglas tácitas que gobiernan las prácticas de uso y apropiación del espacio habitable-público y privado-en cada tipo de habitat están también condicionadas por las prácticas y percepciones de los otros habitats. No se puede entender cada espacio por separado. Esto se revela en la exposición de los resultados donde muchas veces, para ilustrar algo que sucede en un tipo de espacio, se emplea el testimonio de otro. También se revela en la metodología de las entrevistas, que incluyó indagaciones sobre la percepción de los residentes hacia otras colonias. Encontramos, asimismo, ejemplos de cómo los residentes de un tipo de espacio buscan o imitan rasgos de otro: los residentes de conjuntos habitacionales personalizan su espacio agregando cuartos autoconstruidos; los ocupantes de fraccionamientos cerrados en la periferia añoran la urbanidad de los espacios centrales; los de los espacios disputados añoran su estado antiguo de fraccionamiento residencial exclusivo; los moradores de espacios insulares quieren re-inventarse como comunidades arraigadas. Las referencias cruzadas de un habitat a otro son múltiples y complejas, hasta el grado de que los fraccionamientos cerrados se presentan "como si" no existiera el resto de la ciudad, es decir, su imaginario se define en términos de su contraste con los demás espacios.
De la conclusión anterior se deriva otra, la cuarta, que reconoce el peso de la urbanización irregular en la determinación de todas la prácticas urbanas. Al respecto, cito un pasaje de la página 504: "El que más de la mitad del área urbanizada haya sido producida informalmente no es un detalle meramente anecdótico, sino un rasgo constitutivo del orden urbano que tiene consecuencias decisivas respecto de las representaciones y prácticas predominantes en cuanto a las formas de apropiación y uso de los espacios urbanos en cuanto espacios públicos". Y en la página siguiente: "La idea de una ciudad producida no desde lo público sino desde las intervenciones particulares, es una idea subyacente en la actuación abusiva y predatoria sobre el espacio público en distintas partes de la metrópoli".
Desde luego, se podrían invertir los términos de la ecuación en el sentido de que son las actitudes abusivas y predatorias sobre lo público, en general, las que han permitido que más de la mitad de la ciudad se haya urbanizado de manera irregular.
No es pertinente señalar omisiones o aspectos faltantes en un libro de más de 500 páginas. Sin embargo, hay cuestiones no resueltas que deben ser abordadas en investigaciones posteriores.
Una tiene que ver con la horizontalidad persistente en el análisis: el mapa en dos dimensiones. Ya nos convencieron que el espacio influye en cómo habitamos la ciudad, pero también hay otras dimensiones que se originan independientemente del espacio: la clase social, el nivel económico estructural e inmediato, el género, edad, preferencia sexual, calidad migratoria, origen étnico, por ejemplo. Hay reconocimiento de estas diferencias, pero no es tema central del libro. De alguna manera habrá que buscar la interrelación entre las diferencias espaciales y las diferencias individuales, para no caer ciegamente en el sine qua non de la geodemografía: que la población siempre buscará vivir cerca de sus semejantes, dando como resulta la homogeneidad social de las áreas habitables.
Otra consideración tiene que ver con el papel del automóvil que, en igual o mayor medida que los propios espacios habitables, determina las prácticas, especialmente las conflictivas, que se observaron en el libro. Al parecer, más que la producción del espacio habitable, es la movilidad automotorizada la que, hoy en día, está determinando "la actuación abusiva y predatoria sobre el espacio público".
"Las Reglas del Desorden" es un volumen largo, pero vale la pena leerlo en su totalidad, aunque los propios autores dan instrucciones a los que sólo tienen tiempo para digerir algunos capítulos. Pero independientemente de si se lee como un todo, o por entregas cortas, es un libro que va a tener un impacto significativo en la manera de pensar la ciudad, aquí y en otras partes.

Charles Chaplin Tiempos Modernos

Tiempos modernos es un largometraje de 1936 dirigido, escrito y protagonizado por el célebre actor Charles Chaplin. La película constituye un retrato de las condiciones desesperadas de empleo que la clase obrera tuvo que soportar en la época de la Gran depresión, condiciones promovidas, en la visión dada por la película, por la eficiencia de la industrialización y la producción en cadena. En la película también intervienen Paulette Goddard, Henry Bergman, Stanley Sandford y Chester Conklin. La película muestra escenas de corte futurista de la factoría en la que trabaja Charlot que podrían haber sido influenciadas por el film Metrópolis de Fritz Lang.

Considerado como un ejemplo de filme de crítica social. Un obrero de la industria del acero acaba perdiendo la razón, extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje de su trabajo. Después de pasar un tiempo en el hospital recuperándose, al salir es encarcelado por participar en una manifestación, en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín por lo que gana su libertad. Una vez fuera de la cárcel reemprende la lucha por la supervivencia, lucha que compartirá con una joven huérfana que conoce en la calle.

Charlot, a través de esta película trata de hacer una critica al sistema económico post segunda guerra mundial, directamente a la sociedad industrial, es cabal mencionar que en ese entonces era de suma importancia reconstruir el mundo después de las dos guerras mas demoledoras para la sociedad en general, sobretodo en el ambiente económico, es entonces cuando comenzaron a utilizar al hombre laboralmente hasta convertirlo en un dispositivo mas de las maquinas... es allí cuando el ser humano no sólo tendrá que adaptarse a unas máquinas progresivamente más poderosas sino que ir decayendo y ser desutilizado gracias a los avances tecnológico que iban agarrando vuelco en la sociedad.
La película constituye esencialmente a un retrato de las condiciones precarias de empleo que la clase obrera tuvo que soportar en la época de la gran depresión, condiciones promovidas, en la visión dada por la película, por la eficiencia de la industrialización y la producción en cadena.
Explotación laboral:
En la película se observa cuando Chaplin está en la fábrica trabajando con las máquinas.También se observa cuando traen la máquina de comida para usar el tiempo del almuerzo trabajando y producir más.
El trabajo es rutinario, metódico, constante, que causa daño en la salud del obrero.La consecuencia de que hagan el mismo trabajo durante horas (en la película ajustar tuercas) trae consecuencias dañinas en el organismo.
El obrero (Chaplin) es al víctima de la máquina.Este trabajo produce un deterioro en la mente del obrero, que”se vuelve loco” y repite su trabajo en todo lugar.
Se comprobó que aumentaba la productividad, a pesar de que las condiciones físicas de trabajo habían empeorado. Esto sucedía cada vez que el obrero adquiría conciencia de su integración en un equipo responsable y cuando llegaba a compenetrarse con la finalidad de la labor llevada a cabo.
En la película se ve que el presidente de la fábrica lee el diario, hace un rompecabezas, controla la fábrica, da ordenes.
-Movilidad obrera:
Había huelgas y movilizaciones en reclamo de mejores condiciones de trabajo y sueldos más altos.Se ve en la parte de la película en la que el padre de la chica ( Paulette Goddard)muere por portestar.Hay desorden.
-Fábricas que cierran:
Es una consecuencia de la crisis del 29. El crack de Wall Street provoca la quiebra de los principales bancos, lo cual provoca, a su vez, el cierre de numerosas empresas industriales y un impresionante aumento del desempleo.
-Maquinismo
Técnica de la producción moderna, que sustituye con máquinas al trabajo muscular del hombre (sustituyó el esfuerzo del hombre-artesano-por instrumentos productores de energía física-máquinas de vapor, eléctricas, motor de explosión-).Los inventos del siglo XVIII provocaron en el mundo entero el desarrollo del maquinismo el cual dio origen la revolución industrial del siglo XIX.El maquinismo ha transformado las formas de vida de los habitantes de las regiones industrializadas, gracias al desarrollo de la producción, a la disminución de los precios de costo y a la reducción de la jornada de trabajo; ha transformado la estructura y la forma de gestión de las empresas, ha provocado la concentración industrial y la reunión de grandes masas humanas en las centros industriales.
La última consecuencia del maquinismo es la AUTOMACIÓN que es la aplicación de máquinas capaces de sustituir al hombre en los procesos de producción.
Grandes industrias.Siempre la maquinaria es enorme en proporción al hombre.En la película se ve cuando la máquina se “traga” al hombre, al obrero.

CUESTIÓN SOCIAL
-Desocupación:
En esta profunda depresión, los hombres, las fábricas y los materiales, se encontraban desocupados en masa.
-Enfrentamientos obreros-policia:
La policía reprimía y apresaba por “cualquier cosa”.Ej: cuando Chaplin hace saltar un ladrillo hacia un policía por pisar sin querer un tablón.
-Movimientos de izquierda:
Se ve cuando se a Chaplin, al frente de una manifestación comunista por error y es apresado por la policía.
-Droga en la cárcel:
Se ve cuando un traficante el la cárcel, al enterarse que los policías están revisando, pone la droga en un salero.Luego Chaplin sala su comida y por estar drogado evita un motín.
-Hambre:
Hay una gran depresión en EE UU., no hay trabajo, por lo tanto no hay para comer.La chica roba porque tiene hambre.Cuando Chaplin sale de la cárcel, quiere volver ( por eso se hace cargo de que robó él cuando en realidad fue la chica), porque ahí tiene una “casa” y comida.
-Adultos sin infancia:
Estos dos adultos (Chaplin y la chica) son como chicos, sueñan, se imaginan, juegan, él patina, porque no lo pudieron hacer en la infancia dado que tuvieron que ir a trabajar.Se ve cuando ambos se quedan en la sala de juegos y juegan, sueña, comen, como si fueran chicos.También ven a una pareja que se besa y sueñan. Más adelante ella consigue una casa muy precaria y pese a que no tiene comida son felices.Soñaron una cosa, y su realidad es otra. Posteriormente, consiguen trabajo,todo se soluciona, todo parece indicar el final feliz. Escena final: ella se pregunta para qué sirve esforzarse, si lo hace y no logra nada.Sobresale la idea de optimismo.Van por un camino con una sonrisa y un futuro.Todo es posible. Pese a todo, hay un futuro.
criticas a la deshumanización
maquinarias perjudiciales
hombre subordinado a la máquina
critica social
huelga
temor a la izquierda
represión de obreros
etc.