Habitar la Metrópoli partió de una preocupación con el aparente desorden en los espacios públicos en la Ciudad de México, caracterizado entre otras cosas por la desaparición y/o privatización de los espacios urbanos públicos como tendencia sintomática de la llamada globalización. Tal preocupación fue convertida en proyecto de investigación patrocinado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología del Gobierno Mexicano. Sin embargo, los aportes del libro trasciendan los alcances de aquel proyecto para tratar de desentrañar en términos mucho más ambiciosos las lógicas sociales, o reglas, que ordenan el habitar de los distintos ámbitos de la ciudad. Tres ideas rectoras organizan la búsqueda.
Primero, está la convicción de que "es casi imposible pensar en la metrópoli sin partir de los espacios públicos" , idea reiterada al final: "el orden metropolitano será público o no será tal" .
En segundo lugar está la propuesta de que, tras el aparente desorden cuya manifestación más notable es la sistemática violación de la normatividad formal en los espacios públicos, existe una serie de reglas o lógicas sociales que norman la relación entre las personas y el territorio, y que organizan los comportamientos de los individuos en el espacio urbano. El que los procesos que aparentemente se realizan de manera no regulada se apegan en los hechos a una serie de normas no escritas, se ha desarrollado desde hace tiempo en base al estudio de los asentamientos irregulares (por Antonio Azuela, Ann Varley y el propio Emilio Duhau, entre otros). En este caso, el estudio del uso y apropiación de los espacios públicos, la existencia de tales reglas "no escritas" se postula en dos sentidos. Por un lado, las "prácticas de apropiación y uso del espacio urbano" obedecen a reglas, muchas veces tácitas y no formalizadas y, por el otro, que las reglas "responden alógicas sociales que pueden ser desentrañadas con las herramientas de las ciencias sociales" .
Tercero, y muy importante, se plantea que estas reglas que norman el uso y apropiación del espacio metropolitano, varían de acuerdo con el tipo de espacio urbano habitable. No es novedad alguna señalar las diferencias y desigualdades manifiestas en el espacio metropolitano, lo que se acostumbra denominar "segregación urbana o residencial". Lo que sí empieza a ser innovador es buscar las distintas lógicas que relacionan las diversas formas del habitat con la organización social de las mismas y con las prácticas de uso y apropiación del espacio habitable, y por ende, del espacio público. De ahí se eleva el significado de los diferentes habitats, o formas de producción del espacio habitable, a un rol protagónico en cuanto a la determinación de la experiencia y ubicación del individuo en la metrópoli, y también en la determinación de las reglas que operan en cada uno de ellos. Esta idea evoca el planteamiento del "efecto del lugar", de Bourdieu.
En lo que resta del primer capítulo y en los dos siguientes, se elaboran y se discuten estas ideas a lo largo de un ejercicio teórico bastante bien logrado, donde los autores discuten la relevancia de diversas corrientes y disciplinas para el propósito de su propia investigación. Aquí, se ventila la discusión académica sobre la naturaleza contemporánea de las metrópolis y cómo se deben estudiar, sobre el significado y tendencias del espacio público y, desde luego, sobre qué se dice al respecto dentro del discurso de la globalización. Si bien esta primera parte, titulada "Experiencia urbana, espacio público y metrópoli" hace las veces de un "marco teórico" al orientar el análisis empírico, los resultados presentados en la tercera parte del libro trascienden por mucho estos planteamientos iniciales. El verdadero aporte está en la manera de llevar a cabo y presentar el trabajo de campo y otras evidencias empíricas, así como en las conclusiones que se derivan de éstas. Así, para realmente sacar provecho del libro hay que leer la tercer parte y la cuarta, donde se presentan las ideas más novedosas.
Antes de este análisis basado en trabajo de campo, una segunda parte del libro, titulada "orden metropolitano y división social del espacio" y conformada por tres capítulos, habla específicamente sobre la Ciudad de México presentando los rasgos sobresalientes de su desarrollo reciente en cuanto a aspectos económicos y socio-demográficos. Se destacan siempre los puntos relevantes para entender -o dar orden a- los cambios en las diferentes formas de producción, uso y apropiación del espacio metropolitano: por ejemplo, distribución del ingreso, movilidades, evolución del sector inmobiliario, entre otros, que son los referentes esenciales para el análisis posterior. Todos estos aspectos son indispensables para ordenar la aprehensión del habitar metropolitano, pero el capítulo 6, dedicado a la "división social del espacio metropolitano", constituye la base principal para el análisis empírico de las distintas ciudades o habitats identificados posteriormente. De hecho, este capítulo empieza a clasificar el territorio metropolitano, dando pie a la identificación de las "diferencias" que son el punto de partida de todo el libro.
Precisamente por su papel central en el argumento, vale la pena detenernos en la metodología empleada para clasificar el territorio: ¿Cómo se identifican los diferentes habitats, o ciudades, dentro de la metrópoli? ¿Cómo se justifica la selección de los estudios de caso como representativos de estos habitats?
Los autores manejan varios métodos para clasificar el territorio metropolitano, algunos ya existentes, otros novedosos y que fueron elaborados específicamente en el proceso de investigación que da sustento al libro. En cuanto a las taxonomías existentes, por un lado, se aplica una metodología ya conocida, la del análisis de conglomerados o de "clusters", para estratificar las zonas residenciales por el nivel socio-económico de sus residentes con base en datos censales. Por el otro lado, y reconociendo que la división social del espacio es más compleja que los resultados arrojados por la aplicación de estadística probabilística a variables censales, el libro echa mano a la clasificación del territorio metropolitano por los "tipos de poblamiento" manejados por el Sistema de Información Geográfica. Este fue construido durante un largo período de tiempo en la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco y en el Centro de la Vivienda y Estudios Urbanos AC, y en cuya elaboración colectiva Emilio Duhau ha participado de manera importante en diversos momentos. Los "tipos de poblamiento" se refieren a las formas genéricas de producción del espacio urbano, por ejemplo: fraccionamientos formales, colonias populares, pueblos conurbados, conjuntos habitacionales de interés social, etc. Ambos sistemas de clasificación, el de los estratos socio-económicos y los tipos de poblamiento, operan a escala de áreas censales; es decir, clasifican áreas bi-dimensionales obedeciendo una lógica de los mapas temáticos y al final del capítulo 6 se representan los mapas correspondientes.
Sin embargo, los autores también reconocen que estos ejercicios de la geo-demografía, aunque son necesarios, no son suficientes para sus propósitos. Por un lado, el área censal no ofrece una escala adecuada de análisis, como podría ser la colonia, barrio, o zonificaciones más amplias. Por el otro, la simple clasificación por estrato socio-económico no reconoce diferencias importantes entre miembros de estratos socio-económicos similares que residen en habitats distintos. Pero tampoco están totalmente de acuerdo con las categorías y criterios de clasificación de "los tipos de poblamiento", por lo menos con respecto a los propósitos de su estudio. Por lo tanto, decidieron identificar seis áreas tipo o "ciudades", algunas de los cuales coinciden con nuestros "tipos de poblamiento" y otras no. Cabe mencionar, que estos seis tipos de habitat o "ciudades dentro de la metrópoli" no necesariamente corresponden con un nivel socioeconómico determinado y los estudios de caso toman en cuenta las diferencias.
Sus seis ciudades son:
- El espacio disputado (zonas residenciales en la Ciudad Central con otros usos del suelo)
- El espacio homogéneo (fraccionamientos residenciales medios y altos)
- El espacio colectivizado (conjuntos habitacionales)
- El espacio negociado (colonias populares)
- El espacio ancestral (pueblos)
- El espacio insular (nuevos conjuntos urbanos y fraccionamientos cerrados exclusivos).
Los criterios de identificación de estas áreas testigo o "ciudades" dentro de la metrópoli y la caracterización de cada una de ellas son tema de la tercera parte del libro. Evidentemente no se pretendió una división taxonómica exhaustiva de todo el territorio metropolitano habitable. Hay partes de la ciudad que no pertenecen a ninguna de estas categorías: el centro histórico y la urbanización decimonónica, por ejemplo. Tampoco está representado el espacio habita-cional de los más pobres. Por otra parte, las seis "ciudades" no son espacios necesariamente excluyentes, ya que comparten ciertos atributos entre sí. De hecho, no se pretendió clasificar toda la ciudad en estas seis categorías bajo la lógica booleana (y de la cartografía temática). Las seis categorías de espacios más bien se plantean como tipos ideales que permiten explorar su tema de investigación mediante el recurso metodológico de "áreas testigo": es decir, un número limitado de colonias seleccionadas como representativas de tal o cual tipo de habitat, donde se aplica el trabajo de campo. No está claro si se determinaron, primero, las áreas testigos, y luego se clasificaron en las seis categorías de ciudad, o bien, como sería más ortodoxo, se identificaron las categorías y luego se seleccionaron las áreas testigo apropiadas. De cualquier forma, los autores otorgan poca importancia a la selección de las áreas testigo, que obedeció más a los intereses y posibilidades de los estudiantes que colaboraron en el estudio que un ejercicio de selección representativa (p. 192).
A pesar de la falta de criterios rigurosos en la selección de los casos a estudiar, es muy interesante la forma de exposición y análisis del trabajo de campo en las áreas testigo que contienen los capítulos 8 al 13, destinados a cada una de las categorías de "ciudades dentro de la metrópoli".
En estos capítulos entra en juego la combinación exitosa de técnicas cualitativas, como la entrevista, con datos geo-estadísticos e información arrojada por encuestas, así como la incorporación de los resultados de investigación de una amplia gama de fuentes secundarias y de variada procedencia disciplinar, desde citas a artículos periodísticos hasta tesis de alumnos. De hecho, la incorporación de los resultados parciales (y fotografías) de las tesis de licenciatura y posgrado realizadas por alumnos que colaboraron en la investigación básica de este libro, puede considerarse como otra de sus fortalezas.
De manera parecida, las experiencias personales de los autores como residentes de la Ciudad de México no sólo contribuyen con evidencias para el análisis, sino también les posicionan de cierta manera como "observadores participantes". Además, sus andanzas anteriores en otras ciudades del mundo, tanto en calidad de residentes como de investigadores académicos, les permitieron enriquecer sus reflexiones con comparaciones internacionales. Las referencias esporádicas a situaciones paralelas observadas en el sur de Italia, en París o Buenos Aires ayudan mucho a esclarecer los rasgos individuales y compartidos de los fenómenos analizados en la Ciudad de México. De hecho, sin que se hubiera planteado conscientemente una metodología de investigación comparativa, este libro aporta lo que muchas antologías de pretensiones comparativas no logran: la visión integral informada por la confrontación de experiencias personales. En este sentido es sumamente relevante, y novedosa, esta ubicación de los autores como participantes en el problema de habitar. Es más, este posicionamiento está reconocido en la discusión metodológica sobre las técnicas de recopilación de información empleadas: las observaciones, encuestas y entrevistas.
El método, o mejor dicho, la combinación de métodos funciona; y funciona no sólo para el análisis detallado de cada categoría de habitat, sino también para sacar algunas conclusiones generales sobre las reglas que gobiernan el habitar la metrópoli. No es éste el lugar para comentar las sustanciosas aportaciones parciales sobre cada "ciudad". Cada lector confrontaría su experiencia personal con los análisis presentados y estaría de acuerdo o no con ello. Son resultados parciales que seguramente se convertirán en hipótesis o premisas para estudios futuros.
La cuarta parte del libro hace las veces de conclusiones en tres capítulos. Primero, exploran la percepción de jerarquías establecidas por las prácticas diferenciadas en las distintas "ciudades" dentro de la metrópoli. Luego, analizan con mayor detalle las prácticas de consumo cotidiano en los diferentes ámbitos. Y finalmente, reflexionan sobre el funcionamiento de las reglas que han observado a lo largo del libro: de cómo la manipulación de las leyes formales se ha convertido en norma para la gestión de la Ciudad de México y de cómo esta manipulación se deriva de y a la vez fortalece, el clientelismo.
Es pertinente aquí subrayar algunas conclusiones generales que se derivan del estudio.
La primera es la reafirmación de la hipótesis principal. Que no se puede entender lo que pasa -y lo que no pasa- en los espacios llamados "públicos" sin referencia a lo que pasa con los espacios llamados "privados": los espacios habitacionales, por excelencia, que constituyen la mayor parte del territorio metropolitano.
La segunda también responde a los planteamientos iniciales: la identificación de una multiplicidad de "ciudades" con sus reglas u órdenes propios, cada una de las cuales es analizada por separado en los capítulos correspondientes.
La tercera conclusión es nueva, en el sentido de que no estaba esbozada claramente en los capítulos iniciales, y me parece uno de los principales aportes del libro. Esto es: que las reglas tácitas que gobiernan las prácticas de uso y apropiación del espacio habitable-público y privado-en cada tipo de habitat están también condicionadas por las prácticas y percepciones de los otros habitats. No se puede entender cada espacio por separado. Esto se revela en la exposición de los resultados donde muchas veces, para ilustrar algo que sucede en un tipo de espacio, se emplea el testimonio de otro. También se revela en la metodología de las entrevistas, que incluyó indagaciones sobre la percepción de los residentes hacia otras colonias. Encontramos, asimismo, ejemplos de cómo los residentes de un tipo de espacio buscan o imitan rasgos de otro: los residentes de conjuntos habitacionales personalizan su espacio agregando cuartos autoconstruidos; los ocupantes de fraccionamientos cerrados en la periferia añoran la urbanidad de los espacios centrales; los de los espacios disputados añoran su estado antiguo de fraccionamiento residencial exclusivo; los moradores de espacios insulares quieren re-inventarse como comunidades arraigadas. Las referencias cruzadas de un habitat a otro son múltiples y complejas, hasta el grado de que los fraccionamientos cerrados se presentan "como si" no existiera el resto de la ciudad, es decir, su imaginario se define en términos de su contraste con los demás espacios.
De la conclusión anterior se deriva otra, la cuarta, que reconoce el peso de la urbanización irregular en la determinación de todas la prácticas urbanas. Al respecto, cito un pasaje de la página 504: "El que más de la mitad del área urbanizada haya sido producida informalmente no es un detalle meramente anecdótico, sino un rasgo constitutivo del orden urbano que tiene consecuencias decisivas respecto de las representaciones y prácticas predominantes en cuanto a las formas de apropiación y uso de los espacios urbanos en cuanto espacios públicos". Y en la página siguiente: "La idea de una ciudad producida no desde lo público sino desde las intervenciones particulares, es una idea subyacente en la actuación abusiva y predatoria sobre el espacio público en distintas partes de la metrópoli".
Desde luego, se podrían invertir los términos de la ecuación en el sentido de que son las actitudes abusivas y predatorias sobre lo público, en general, las que han permitido que más de la mitad de la ciudad se haya urbanizado de manera irregular.
No es pertinente señalar omisiones o aspectos faltantes en un libro de más de 500 páginas. Sin embargo, hay cuestiones no resueltas que deben ser abordadas en investigaciones posteriores.
Una tiene que ver con la horizontalidad persistente en el análisis: el mapa en dos dimensiones. Ya nos convencieron que el espacio influye en cómo habitamos la ciudad, pero también hay otras dimensiones que se originan independientemente del espacio: la clase social, el nivel económico estructural e inmediato, el género, edad, preferencia sexual, calidad migratoria, origen étnico, por ejemplo. Hay reconocimiento de estas diferencias, pero no es tema central del libro. De alguna manera habrá que buscar la interrelación entre las diferencias espaciales y las diferencias individuales, para no caer ciegamente en el sine qua non de la geodemografía: que la población siempre buscará vivir cerca de sus semejantes, dando como resulta la homogeneidad social de las áreas habitables.
Otra consideración tiene que ver con el papel del automóvil que, en igual o mayor medida que los propios espacios habitables, determina las prácticas, especialmente las conflictivas, que se observaron en el libro. Al parecer, más que la producción del espacio habitable, es la movilidad automotorizada la que, hoy en día, está determinando "la actuación abusiva y predatoria sobre el espacio público".
"Las Reglas del Desorden" es un volumen largo, pero vale la pena leerlo en su totalidad, aunque los propios autores dan instrucciones a los que sólo tienen tiempo para digerir algunos capítulos. Pero independientemente de si se lee como un todo, o por entregas cortas, es un libro que va a tener un impacto significativo en la manera de pensar la ciudad, aquí y en otras partes.
Racionalismo de Irene Alvarez
martes, 9 de noviembre de 2010
Charles Chaplin Tiempos Modernos
Tiempos modernos es un largometraje de 1936 dirigido, escrito y protagonizado por el célebre actor Charles Chaplin. La película constituye un retrato de las condiciones desesperadas de empleo que la clase obrera tuvo que soportar en la época de la Gran depresión, condiciones promovidas, en la visión dada por la película, por la eficiencia de la industrialización y la producción en cadena. En la película también intervienen Paulette Goddard, Henry Bergman, Stanley Sandford y Chester Conklin. La película muestra escenas de corte futurista de la factoría en la que trabaja Charlot que podrían haber sido influenciadas por el film Metrópolis de Fritz Lang.
Considerado como un ejemplo de filme de crítica social. Un obrero de la industria del acero acaba perdiendo la razón, extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje de su trabajo. Después de pasar un tiempo en el hospital recuperándose, al salir es encarcelado por participar en una manifestación, en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín por lo que gana su libertad. Una vez fuera de la cárcel reemprende la lucha por la supervivencia, lucha que compartirá con una joven huérfana que conoce en la calle.
Charlot, a través de esta película trata de hacer una critica al sistema económico post segunda guerra mundial, directamente a la sociedad industrial, es cabal mencionar que en ese entonces era de suma importancia reconstruir el mundo después de las dos guerras mas demoledoras para la sociedad en general, sobretodo en el ambiente económico, es entonces cuando comenzaron a utilizar al hombre laboralmente hasta convertirlo en un dispositivo mas de las maquinas... es allí cuando el ser humano no sólo tendrá que adaptarse a unas máquinas progresivamente más poderosas sino que ir decayendo y ser desutilizado gracias a los avances tecnológico que iban agarrando vuelco en la sociedad.
La película constituye esencialmente a un retrato de las condiciones precarias de empleo que la clase obrera tuvo que soportar en la época de la gran depresión, condiciones promovidas, en la visión dada por la película, por la eficiencia de la industrialización y la producción en cadena.
Explotación laboral:
En la película se observa cuando Chaplin está en la fábrica trabajando con las máquinas.También se observa cuando traen la máquina de comida para usar el tiempo del almuerzo trabajando y producir más.
El trabajo es rutinario, metódico, constante, que causa daño en la salud del obrero.La consecuencia de que hagan el mismo trabajo durante horas (en la película ajustar tuercas) trae consecuencias dañinas en el organismo.
El obrero (Chaplin) es al víctima de la máquina.Este trabajo produce un deterioro en la mente del obrero, que”se vuelve loco” y repite su trabajo en todo lugar.
Se comprobó que aumentaba la productividad, a pesar de que las condiciones físicas de trabajo habían empeorado. Esto sucedía cada vez que el obrero adquiría conciencia de su integración en un equipo responsable y cuando llegaba a compenetrarse con la finalidad de la labor llevada a cabo.
En la película se ve que el presidente de la fábrica lee el diario, hace un rompecabezas, controla la fábrica, da ordenes.
-Movilidad obrera:
Había huelgas y movilizaciones en reclamo de mejores condiciones de trabajo y sueldos más altos.Se ve en la parte de la película en la que el padre de la chica ( Paulette Goddard)muere por portestar.Hay desorden.
-Fábricas que cierran:
Es una consecuencia de la crisis del 29. El crack de Wall Street provoca la quiebra de los principales bancos, lo cual provoca, a su vez, el cierre de numerosas empresas industriales y un impresionante aumento del desempleo.
-Maquinismo
Técnica de la producción moderna, que sustituye con máquinas al trabajo muscular del hombre (sustituyó el esfuerzo del hombre-artesano-por instrumentos productores de energía física-máquinas de vapor, eléctricas, motor de explosión-).Los inventos del siglo XVIII provocaron en el mundo entero el desarrollo del maquinismo el cual dio origen la revolución industrial del siglo XIX.El maquinismo ha transformado las formas de vida de los habitantes de las regiones industrializadas, gracias al desarrollo de la producción, a la disminución de los precios de costo y a la reducción de la jornada de trabajo; ha transformado la estructura y la forma de gestión de las empresas, ha provocado la concentración industrial y la reunión de grandes masas humanas en las centros industriales.
La última consecuencia del maquinismo es la AUTOMACIÓN que es la aplicación de máquinas capaces de sustituir al hombre en los procesos de producción.
Grandes industrias.Siempre la maquinaria es enorme en proporción al hombre.En la película se ve cuando la máquina se “traga” al hombre, al obrero.
CUESTIÓN SOCIAL
-Desocupación:
En esta profunda depresión, los hombres, las fábricas y los materiales, se encontraban desocupados en masa.
-Enfrentamientos obreros-policia:
La policía reprimía y apresaba por “cualquier cosa”.Ej: cuando Chaplin hace saltar un ladrillo hacia un policía por pisar sin querer un tablón.
-Movimientos de izquierda:
Se ve cuando se a Chaplin, al frente de una manifestación comunista por error y es apresado por la policía.
-Droga en la cárcel:
Se ve cuando un traficante el la cárcel, al enterarse que los policías están revisando, pone la droga en un salero.Luego Chaplin sala su comida y por estar drogado evita un motín.
-Hambre:
Hay una gran depresión en EE UU., no hay trabajo, por lo tanto no hay para comer.La chica roba porque tiene hambre.Cuando Chaplin sale de la cárcel, quiere volver ( por eso se hace cargo de que robó él cuando en realidad fue la chica), porque ahí tiene una “casa” y comida.
-Adultos sin infancia:
Estos dos adultos (Chaplin y la chica) son como chicos, sueñan, se imaginan, juegan, él patina, porque no lo pudieron hacer en la infancia dado que tuvieron que ir a trabajar.Se ve cuando ambos se quedan en la sala de juegos y juegan, sueña, comen, como si fueran chicos.También ven a una pareja que se besa y sueñan. Más adelante ella consigue una casa muy precaria y pese a que no tiene comida son felices.Soñaron una cosa, y su realidad es otra. Posteriormente, consiguen trabajo,todo se soluciona, todo parece indicar el final feliz. Escena final: ella se pregunta para qué sirve esforzarse, si lo hace y no logra nada.Sobresale la idea de optimismo.Van por un camino con una sonrisa y un futuro.Todo es posible. Pese a todo, hay un futuro.
criticas a la deshumanización
maquinarias perjudiciales
hombre subordinado a la máquina
critica social
huelga
temor a la izquierda
represión de obreros
etc.
Considerado como un ejemplo de filme de crítica social. Un obrero de la industria del acero acaba perdiendo la razón, extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje de su trabajo. Después de pasar un tiempo en el hospital recuperándose, al salir es encarcelado por participar en una manifestación, en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín por lo que gana su libertad. Una vez fuera de la cárcel reemprende la lucha por la supervivencia, lucha que compartirá con una joven huérfana que conoce en la calle.
Charlot, a través de esta película trata de hacer una critica al sistema económico post segunda guerra mundial, directamente a la sociedad industrial, es cabal mencionar que en ese entonces era de suma importancia reconstruir el mundo después de las dos guerras mas demoledoras para la sociedad en general, sobretodo en el ambiente económico, es entonces cuando comenzaron a utilizar al hombre laboralmente hasta convertirlo en un dispositivo mas de las maquinas... es allí cuando el ser humano no sólo tendrá que adaptarse a unas máquinas progresivamente más poderosas sino que ir decayendo y ser desutilizado gracias a los avances tecnológico que iban agarrando vuelco en la sociedad.
La película constituye esencialmente a un retrato de las condiciones precarias de empleo que la clase obrera tuvo que soportar en la época de la gran depresión, condiciones promovidas, en la visión dada por la película, por la eficiencia de la industrialización y la producción en cadena.
Explotación laboral:
En la película se observa cuando Chaplin está en la fábrica trabajando con las máquinas.También se observa cuando traen la máquina de comida para usar el tiempo del almuerzo trabajando y producir más.
El trabajo es rutinario, metódico, constante, que causa daño en la salud del obrero.La consecuencia de que hagan el mismo trabajo durante horas (en la película ajustar tuercas) trae consecuencias dañinas en el organismo.
El obrero (Chaplin) es al víctima de la máquina.Este trabajo produce un deterioro en la mente del obrero, que”se vuelve loco” y repite su trabajo en todo lugar.
Se comprobó que aumentaba la productividad, a pesar de que las condiciones físicas de trabajo habían empeorado. Esto sucedía cada vez que el obrero adquiría conciencia de su integración en un equipo responsable y cuando llegaba a compenetrarse con la finalidad de la labor llevada a cabo.
En la película se ve que el presidente de la fábrica lee el diario, hace un rompecabezas, controla la fábrica, da ordenes.
-Movilidad obrera:
Había huelgas y movilizaciones en reclamo de mejores condiciones de trabajo y sueldos más altos.Se ve en la parte de la película en la que el padre de la chica ( Paulette Goddard)muere por portestar.Hay desorden.
-Fábricas que cierran:
Es una consecuencia de la crisis del 29. El crack de Wall Street provoca la quiebra de los principales bancos, lo cual provoca, a su vez, el cierre de numerosas empresas industriales y un impresionante aumento del desempleo.
-Maquinismo
Técnica de la producción moderna, que sustituye con máquinas al trabajo muscular del hombre (sustituyó el esfuerzo del hombre-artesano-por instrumentos productores de energía física-máquinas de vapor, eléctricas, motor de explosión-).Los inventos del siglo XVIII provocaron en el mundo entero el desarrollo del maquinismo el cual dio origen la revolución industrial del siglo XIX.El maquinismo ha transformado las formas de vida de los habitantes de las regiones industrializadas, gracias al desarrollo de la producción, a la disminución de los precios de costo y a la reducción de la jornada de trabajo; ha transformado la estructura y la forma de gestión de las empresas, ha provocado la concentración industrial y la reunión de grandes masas humanas en las centros industriales.
La última consecuencia del maquinismo es la AUTOMACIÓN que es la aplicación de máquinas capaces de sustituir al hombre en los procesos de producción.
Grandes industrias.Siempre la maquinaria es enorme en proporción al hombre.En la película se ve cuando la máquina se “traga” al hombre, al obrero.
CUESTIÓN SOCIAL
-Desocupación:
En esta profunda depresión, los hombres, las fábricas y los materiales, se encontraban desocupados en masa.
-Enfrentamientos obreros-policia:
La policía reprimía y apresaba por “cualquier cosa”.Ej: cuando Chaplin hace saltar un ladrillo hacia un policía por pisar sin querer un tablón.
-Movimientos de izquierda:
Se ve cuando se a Chaplin, al frente de una manifestación comunista por error y es apresado por la policía.
-Droga en la cárcel:
Se ve cuando un traficante el la cárcel, al enterarse que los policías están revisando, pone la droga en un salero.Luego Chaplin sala su comida y por estar drogado evita un motín.
-Hambre:
Hay una gran depresión en EE UU., no hay trabajo, por lo tanto no hay para comer.La chica roba porque tiene hambre.Cuando Chaplin sale de la cárcel, quiere volver ( por eso se hace cargo de que robó él cuando en realidad fue la chica), porque ahí tiene una “casa” y comida.
-Adultos sin infancia:
Estos dos adultos (Chaplin y la chica) son como chicos, sueñan, se imaginan, juegan, él patina, porque no lo pudieron hacer en la infancia dado que tuvieron que ir a trabajar.Se ve cuando ambos se quedan en la sala de juegos y juegan, sueña, comen, como si fueran chicos.También ven a una pareja que se besa y sueñan. Más adelante ella consigue una casa muy precaria y pese a que no tiene comida son felices.Soñaron una cosa, y su realidad es otra. Posteriormente, consiguen trabajo,todo se soluciona, todo parece indicar el final feliz. Escena final: ella se pregunta para qué sirve esforzarse, si lo hace y no logra nada.Sobresale la idea de optimismo.Van por un camino con una sonrisa y un futuro.Todo es posible. Pese a todo, hay un futuro.
criticas a la deshumanización
maquinarias perjudiciales
hombre subordinado a la máquina
critica social
huelga
temor a la izquierda
represión de obreros
etc.
martes, 19 de octubre de 2010
Tendencia de la Arquitectura Moderna
LA ARQUITECTURA DEL SIGLO XIX
La revolución industrial de los finales del siglo XVIII causo un cambio en la arquitectura del siglo XIX. Esto fue a causa de que esta trajo nuevos materiales de construcción, tales como:
- el hierro
- el hormigón armado
- el cristal
- acero inoxidable
El hierro, uno de los materiales que he nombrado anteriormente, fue importante en la construcción. La mayoría de las construcciones realizadas con este material son puentes. Como por ejemplo:
- el puente de Portugalete -
- puente del rió Avon -
- pont des Arts -
La creación de este material fue por la demanda que se había en aquel entonces, como: construcción rápida y barata; vías de tren; puentes; hospitales; bibliotecas etc...
Los puentes que he mostrado antes son un ejemplo de lo que se construyo con este nuevo material (hierro). El primero, el puente de Portugalete, es un puente colgante que une Portugalete con Las Arenas. Se encuentra en Bizkaia, y esta echo de hierro. Tiene una cabina sujetada por unos cables que se mueve mecánicamente de una horilla a otra.
El segundo, el puente del rió Avon, se encuentra en Inglaterra. Este esta echa de hierro pero a los lados tiene unas “torres” echas de piedra y ladrillo, utilizadas para sujetar ambos extremos.
El tercero, el puente de las artes (Pont des Arts), se encuentra en Paris. Este esta echa de hierro y en las bases tiene piedra.
Al principio el hierro solo se relaciona con la construcción de puentes, como en los ejemplos anteriores. Pero al de un tiempo se empezó a utilizar este material en otras construcciones (vías de tren -como en Saint-Lazare-, etc..).
Después de un tiempo este material (hierro) junto con el cristal y el hormigón armado (otros dos nuevos materiales influenciados por la revolución industrial) y se utilizaron para construir edificios públicos, como:
- mercados
- museos
- teatros
- bibliotecas
Ejemplos con estos tres materiales son por ejemplo:
La estación de Saint-Lazare en Paris -
- Biblioteca de Sainte- Geneviève -
Aparte de la revolución industrial hubo otro causante de la construcción de nuevos materiales, este fue las expos (exposiciones universales). El objetivo de estas era dar a conocer los nuevos avances técnicos, comerciales y artísticos que se lograban con el tiempo. La primera exposición se celebro en Londres donde para albergar las creaciones construyeron el Cristal Palace (El palacio de Cristal de Londres).
Esta obra maestra fue diseñada por Joseph Paxton (experto en construcción de invernaderos). Al terminar la exposición fue desmontada, pero su construcción inspiro al resto de los países. Pero al contrario que en Londres algunos de los países aun conservan las naves o torres o edificios construidos para el evento. Como por ejemplo La Torre Eiffel de Paris:
Uno de los edificios más fascinantes, a mi entender, de toda la historia. Aunque en la ucrónica película tal construcción sale bastante mal parada, en el mundo real tampoco es que terminara muy bien, aunque aguantó en pie bastantes décadas. Me estoy refiriendo al londinense Palacio de Cristal, ideado por el genio de Joseph Paxton y dedicado a albergar la Gran Exposición de 1851, localizada en Hyde Park, siendo posteriormente desmontado, modificado, ampliado y trasladado a otro espacio al sur de la capital inglesa, sirvió como escenario de exposiciones, eventos culturales y reuniones de la alta sociedad durante muchos años, hasta que, en 1936 desapareció entre las llamas. En su tiempo, llamó mucho la atención. Eso de erigir una construcción tan grande sólo con metal y cristal creaba inquietud en mucha gente, que sólo se veían seguros dentro de sus oscuras fortalezas de ladrillo. Aunque el nombre de Palacio de Cristal, surgió como una especie de chiste en una publicación satírica, prendió entre el público y terminó por conocerse así.
La belleza de sus líneas, su simplicidad y gran tamaño, la excelente luminosidad que proporcionó a sus espacios interiores, supusieron toda una revolución en el arte de la construcción y llamó tanto la atención de otros diseñadores y arquitectos que, a partir de entonces, se empezaron a plantear el uso a gran escala de los materiales que la industria ponía en sus mános, más allá del simple ladrillo. El acero y el vidrio comenzaron en este histórico lugar su reinado, que perdura hoy, por ejemplo, en muchos rascacielos.
A Paxton lo nombraron caballero por esta gran idea, lo que no está nada mal para un verdadero genio, autodidacta, experto jardinero, constructor de osadas fuentes, pionero de la planificación urbana, imaginativo trabajador de nuevos materiales, o de los que, al menos, entonces lo eran. A lo largo de su experiencia diseñando invernaderos, había llegado a la conclusión de que la combinación de una sólida estructura metálica, panelada con vídrio, era lo mejor para lograr amplios espacios cerrados con óptima iluminación y un agradable ambiente interior, además de ofrecer una gran resistencia y durabilidad. Dicho y hecho, sus “locos” planos para el Edificio de la Gran Exposición se transformaron en realidad y maravillaron a todo el mundo. Más de ochentamil metros cuadrados de vídrio fueron necesarios para recubrir el armazón metálico. El resultado, genial, sencillo y eficaz, como puede verse en los viejos grabados.
Interior del palacio durante la Gran Exposición.
Naturalmente, la Exposición no iba a durar para siempre y, tras seis intensos meses, en los que miles de visitantes contemplaron asombrados los frutos más novedosos de las artes, las ciencias y la tecnología de su tiempo, que auguraban un futuro de progreso, la muestra cerró sus puertas. ¿Qué hacer con tan magnífica construcción? Algunos plantearon dejarlo donde estaba, otros, simplemente, demolerlo y aprovechar tantas toneladas de acero y vídrio, además de madera. Finalmente, a modo de solución intermedia, fue relocalizado lejos del centro de Londres, además de ser ampliado. Desde entonces, junto con sus estaciones de ferrocarril asociadas, sirvió de centro de exposiciones, como una permanente sobre historia natural, y de lugar para el esparcimiento para la población londinense.
El Palacio alrededor de 1910.
Pero para este dinosaurio transparente las cosas no iban a ir muy bien, era demasiado caro de mantener y comenzó a deteriorarse peligrosamente. Sin dinero, ya se sabe, todo se vuelve oscuro. Con los años, se vendió, se revendió, por secciones, se utilizó como centro de reuniones, centro de entrenamiento para más de 125.000 soldados de la Marina Real Británica, allá por la Primera Guerra Mundial, siendo denominado HMS Victory VI, como si fuera un navío de combate. Los reclutas y lugareños, cariñosamente, llamaban al edificio HMS Crystal Palace. En su interior se instaló el Museo de Guerra Imperial, más el trágico final no era muy lejano. El 30 de noviembre de 1936, un feroz incendio destruyó el sueño de Joseph Paxton. El último símbolo del esplendor del vapor, el carbón y el acero, el victoriano y elegante Palacio de Cristal, desapareció para siempre, tal y como Winston Churchill afirmó: Éste es el final de una era.
El Palacio, el 30 de Noviembre de 1936. Copyright: Kenneth Talbot.
Sin embargo, una nueva era estaba naciendo, el vapor y el carbón dejaron paso a una tecnología maravillosa que, tal y como ya se sospechaba entonces, cambiaría el mundo para siempre. La electricidad y, más tarde, la electrónica, vivieron algunos de sus primero pasos importantes en el tiempo y lugar en que el gigante de cristal desaparecía. En aquellos días, poco antes del incendio, la torre sur del palacio vivió algo que, al princio pasó desapercibido, pero que supuso el inicio de una nuevo tiempo. En su interior, John Logie Baird trabajaba incansablemente con aparatos eléctricos y extrañas cajas con frontales de cristal circulares. Pocos sabían entonces que, en el seno del viejo palacio, la televisión estaba naciendo. El incendio destruyó parte de los experimentos televisivos de Baird, pero la era de la tele ya era imparable.
Esta torre fue creada como símbolo del avance del hierro, mide 300 metros, y se pensaba desmontar al acabar la exposición. Pero al final, acabo quedando sé en Paris, y así convirtiéndose en un símbolo identificativo de este.
Gustave Eiffel no solo construyo la Torre Eiffel, al contrario, sino que también hizo otras obras como:
- el puente de Luis I (en Oporto)
- el viaducto sobre el Garabit (en Francia)
En la exposición universal de Paris de 1889, donde se levanto la Torre Eiffel, no solo se levanto esta como símbolo del avance del hierro sino unas cuantas. Pero las mas destacadas fueron La torre Eiffel y La Galería de Maquinas. Estas destacaron porque representaban las grandes posibilidades del hierro a la hora de construir y porque fueron las más grandes jamás levantadas.
Otra influencia en al arquitectura fue George Haussman. Este era un barón que llevo acabo la reforma urbanística de l ciudad de Paris. Con ayuda Haussman consiguió crear una nueva cuidad que tenia:
- alcantarillado
- alumbrado
- jardines
- avenidas
Esta reforma urbanística influencio a otros países europeos a modernizarse. Como por ejemplo en Florencia donde se trazaron calles en línea recta, o en España donde sé tubo que ensanchar la ciudad debido al crecimiento de la población.
Y por ultimo la Escuela de Chicago quien también influye en la arquitectura de este siglo. Al principio los edificios de esta cuidad estaban hechos usando listones de madera q se fijaban con clavos pero, a medida que crecía la población y a causa del incendio necesitaban formas más rápidas de construir y por ello, pasaron de los listones a la utilización de hierro y hormigón armado.
Pero la Escuela de Chicago es famosa por que fueron los primeros en edificar rascacielos, e decir, edificios que contenían mas de nueve plantas. Pero, ¿por qué se causo que se empezaran a construir estos edificios ahora y no antes? Pues la creación del ascensor fue uno del más importante. Este invento facilitaba el acceso a las ultimas plantas de los edificios. Además con estos edificios se podía aprovechar al máximo el terreno. Los dueños no pagaban por los pisos que hacían sino por el terreno en el que los hacían. Y también influyo la utilización del hierro y el hormigón armado quienes ayudaban al edificio a mantenerse en pie y hacer una estructura mas firme.
Los principales representantes de esta escuela fueron:
- Louis H. Sullivan y Danklar Adler
quienes diseñaron entre otras cosas
El Auditorio de Chicago
- Willian Le Baron quien diseño Leiter building
En conclusión, la arquitectura del siglo XIX dio un gran cambio que se reflejo en la sociedad, su estructuración y en la edificación. En otras palabras fue un siglo de grandes cambios y modernizaciones arquitectónicas, que aun nos influyen y se ven hoy en día.
LA ARQUITECTURA DEL SIGLO XIX
El Palacio de Cristal
La estructura de hierro y cinc fue importada originalmente de Hamburgo, en Alemania, durante el gobierno del Gral. Eloy Alfaro en 1889. Por su increíble similitud con el famoso mercado de Las Halles, en París, fue destinado al mismo propósito y se convirtió en el Mercado de Santa Clara, ubicado en una pequeña plaza frente al monasterio del mismo nombre, entre las calles Benalcázar, Cuenca y Rocafuerte.
La armadura de hierro está compuesta por un cuerpo central que sostiene una cúpula de verticilos, de la que parten dos bóvedas de arcos rebajados, formando una cruz latina cuyas paredes están recubiertas totalmente por vidrio de alta resistencia, que permite al lugar una gran iluminación sin necesidad del uso de electricidad durante el día. Fue meticulosamente restaurada y reforzada por los expertos del Fondo de Salvamento (FONSAL) del municipio de Quito antes de ser traladada a su lugar final, sobre una plaza de granito dispuesta especialmente para el efecto.
Bajo el edificio principal, de 1.300 m2, se encuentran varios salones y servicios que complementan sus funciones como espacio cultural, tal como salas de conferencias, salones de eventos, baños y cocina. Cuenta además con dos restaurantes desde los que se tiene una vista impresionante del Centro Histórico de la ciudad.
Eventos
Desde su inauguración el lugar es administrado por el Centro Cultural Metropolitano, entidad adscrita a la Secretaría de Cultura del Municipio de Quito. Su primera gran exposición correspondió a la exposición arqueológica itinerante más importante de la región, la del Señor de Sipán.
El lugar ha servido además como encuentros literarios y para exposiciones públicas de artistas plásticos de renombre. En 2008 fue además la sede del informe presidencial de Rafael Correa al Congreso Nacional, cuyas instalaciones no podían ser usadas por encontrarse en remodelación tras el incendi sufrido dos año antes.
El edificio del Palacio de Cristal ha servido además como marco para varias presentaciones musicales celebradas en la explanada ubicada frente al edificio. El festival anual Quito Fest es el más importante de estos, y se realiza allí desde 2005, seguido por el de Rock en el Itchimbía.
Con sus 2.910 msnm, la colina de Itchimbía fue en la época aborigen un lugar de asentamiento de continuos grupos humanos, y durante la época de las ocupaciones quitu e inca se dedicó este espacio para la adoración de los Dioses, con énfasis en Inti. Ya durante la época colonial, la colina fue una de las barreras naturales de la ciudad española de Quito durante varios siglos, en los que el lugar era usado como sitio de caza y de entrenamiento militar.
En la década de 1920 del siglo XX, el historiador y arqueólogo Jacinto Jijón y Caamaño, conde de Casa Jijón, descubrió en la colina una tumba preincaica con un rico ajuar funerario que incluía una máscara de oro y narigueras. En 1997, durante los trabajos de adecuación del terreno para convertirlo en parque, el FONSAL halló en el extremo nororiental encontró varias ofrendas con orígen en el período de integración, confirmando los estudios realizados por Jijón.
2. Historia
Dentro del proyecto de recuperación global del Centro Histórico, emprendido por la alacladía de Quito en 1997, se decidió intervenir los terrenos de la cima del Itchimbía para convertirlo en un parque lúdico, turístico y ambiental. Tras la expropiación de algunas propiedades y el desalojo de una pequeña invasión ilegal, se cerró el área del parque para prevenir futuras acciones similares y los trabajos empezaron. Se transformó las 54 hectáreas en un centro recreativo respetando las especies tanto de flora como de fauna que habitan en el lugar y que son consideradas nativas de la ciudad.
El cabildo decidió además restaurar el edificio del Mercado de Santa Clara y convertirlo en un Centro Cultural que fue trasladado, pieza por pieza, al parque en la colina. Finalmente el lugar abrió sus puesrtas al puúblico en el 31 de julio de 2004, con la exposición arqueológica del "Señor de Sipán"
La revolución industrial de los finales del siglo XVIII causo un cambio en la arquitectura del siglo XIX. Esto fue a causa de que esta trajo nuevos materiales de construcción, tales como:
- el hierro
- el hormigón armado
- el cristal
- acero inoxidable
El hierro, uno de los materiales que he nombrado anteriormente, fue importante en la construcción. La mayoría de las construcciones realizadas con este material son puentes. Como por ejemplo:
- el puente de Portugalete -
- puente del rió Avon -
- pont des Arts -
La creación de este material fue por la demanda que se había en aquel entonces, como: construcción rápida y barata; vías de tren; puentes; hospitales; bibliotecas etc...
Los puentes que he mostrado antes son un ejemplo de lo que se construyo con este nuevo material (hierro). El primero, el puente de Portugalete, es un puente colgante que une Portugalete con Las Arenas. Se encuentra en Bizkaia, y esta echo de hierro. Tiene una cabina sujetada por unos cables que se mueve mecánicamente de una horilla a otra.
El segundo, el puente del rió Avon, se encuentra en Inglaterra. Este esta echa de hierro pero a los lados tiene unas “torres” echas de piedra y ladrillo, utilizadas para sujetar ambos extremos.
El tercero, el puente de las artes (Pont des Arts), se encuentra en Paris. Este esta echa de hierro y en las bases tiene piedra.
Al principio el hierro solo se relaciona con la construcción de puentes, como en los ejemplos anteriores. Pero al de un tiempo se empezó a utilizar este material en otras construcciones (vías de tren -como en Saint-Lazare-, etc..).
Después de un tiempo este material (hierro) junto con el cristal y el hormigón armado (otros dos nuevos materiales influenciados por la revolución industrial) y se utilizaron para construir edificios públicos, como:
- mercados
- museos
- teatros
- bibliotecas
Ejemplos con estos tres materiales son por ejemplo:
La estación de Saint-Lazare en Paris -
- Biblioteca de Sainte- Geneviève -
Aparte de la revolución industrial hubo otro causante de la construcción de nuevos materiales, este fue las expos (exposiciones universales). El objetivo de estas era dar a conocer los nuevos avances técnicos, comerciales y artísticos que se lograban con el tiempo. La primera exposición se celebro en Londres donde para albergar las creaciones construyeron el Cristal Palace (El palacio de Cristal de Londres).
Esta obra maestra fue diseñada por Joseph Paxton (experto en construcción de invernaderos). Al terminar la exposición fue desmontada, pero su construcción inspiro al resto de los países. Pero al contrario que en Londres algunos de los países aun conservan las naves o torres o edificios construidos para el evento. Como por ejemplo La Torre Eiffel de Paris:
Uno de los edificios más fascinantes, a mi entender, de toda la historia. Aunque en la ucrónica película tal construcción sale bastante mal parada, en el mundo real tampoco es que terminara muy bien, aunque aguantó en pie bastantes décadas. Me estoy refiriendo al londinense Palacio de Cristal, ideado por el genio de Joseph Paxton y dedicado a albergar la Gran Exposición de 1851, localizada en Hyde Park, siendo posteriormente desmontado, modificado, ampliado y trasladado a otro espacio al sur de la capital inglesa, sirvió como escenario de exposiciones, eventos culturales y reuniones de la alta sociedad durante muchos años, hasta que, en 1936 desapareció entre las llamas. En su tiempo, llamó mucho la atención. Eso de erigir una construcción tan grande sólo con metal y cristal creaba inquietud en mucha gente, que sólo se veían seguros dentro de sus oscuras fortalezas de ladrillo. Aunque el nombre de Palacio de Cristal, surgió como una especie de chiste en una publicación satírica, prendió entre el público y terminó por conocerse así.
La belleza de sus líneas, su simplicidad y gran tamaño, la excelente luminosidad que proporcionó a sus espacios interiores, supusieron toda una revolución en el arte de la construcción y llamó tanto la atención de otros diseñadores y arquitectos que, a partir de entonces, se empezaron a plantear el uso a gran escala de los materiales que la industria ponía en sus mános, más allá del simple ladrillo. El acero y el vidrio comenzaron en este histórico lugar su reinado, que perdura hoy, por ejemplo, en muchos rascacielos.
A Paxton lo nombraron caballero por esta gran idea, lo que no está nada mal para un verdadero genio, autodidacta, experto jardinero, constructor de osadas fuentes, pionero de la planificación urbana, imaginativo trabajador de nuevos materiales, o de los que, al menos, entonces lo eran. A lo largo de su experiencia diseñando invernaderos, había llegado a la conclusión de que la combinación de una sólida estructura metálica, panelada con vídrio, era lo mejor para lograr amplios espacios cerrados con óptima iluminación y un agradable ambiente interior, además de ofrecer una gran resistencia y durabilidad. Dicho y hecho, sus “locos” planos para el Edificio de la Gran Exposición se transformaron en realidad y maravillaron a todo el mundo. Más de ochentamil metros cuadrados de vídrio fueron necesarios para recubrir el armazón metálico. El resultado, genial, sencillo y eficaz, como puede verse en los viejos grabados.
Interior del palacio durante la Gran Exposición.
Naturalmente, la Exposición no iba a durar para siempre y, tras seis intensos meses, en los que miles de visitantes contemplaron asombrados los frutos más novedosos de las artes, las ciencias y la tecnología de su tiempo, que auguraban un futuro de progreso, la muestra cerró sus puertas. ¿Qué hacer con tan magnífica construcción? Algunos plantearon dejarlo donde estaba, otros, simplemente, demolerlo y aprovechar tantas toneladas de acero y vídrio, además de madera. Finalmente, a modo de solución intermedia, fue relocalizado lejos del centro de Londres, además de ser ampliado. Desde entonces, junto con sus estaciones de ferrocarril asociadas, sirvió de centro de exposiciones, como una permanente sobre historia natural, y de lugar para el esparcimiento para la población londinense.
El Palacio alrededor de 1910.
Pero para este dinosaurio transparente las cosas no iban a ir muy bien, era demasiado caro de mantener y comenzó a deteriorarse peligrosamente. Sin dinero, ya se sabe, todo se vuelve oscuro. Con los años, se vendió, se revendió, por secciones, se utilizó como centro de reuniones, centro de entrenamiento para más de 125.000 soldados de la Marina Real Británica, allá por la Primera Guerra Mundial, siendo denominado HMS Victory VI, como si fuera un navío de combate. Los reclutas y lugareños, cariñosamente, llamaban al edificio HMS Crystal Palace. En su interior se instaló el Museo de Guerra Imperial, más el trágico final no era muy lejano. El 30 de noviembre de 1936, un feroz incendio destruyó el sueño de Joseph Paxton. El último símbolo del esplendor del vapor, el carbón y el acero, el victoriano y elegante Palacio de Cristal, desapareció para siempre, tal y como Winston Churchill afirmó: Éste es el final de una era.
El Palacio, el 30 de Noviembre de 1936. Copyright: Kenneth Talbot.
Sin embargo, una nueva era estaba naciendo, el vapor y el carbón dejaron paso a una tecnología maravillosa que, tal y como ya se sospechaba entonces, cambiaría el mundo para siempre. La electricidad y, más tarde, la electrónica, vivieron algunos de sus primero pasos importantes en el tiempo y lugar en que el gigante de cristal desaparecía. En aquellos días, poco antes del incendio, la torre sur del palacio vivió algo que, al princio pasó desapercibido, pero que supuso el inicio de una nuevo tiempo. En su interior, John Logie Baird trabajaba incansablemente con aparatos eléctricos y extrañas cajas con frontales de cristal circulares. Pocos sabían entonces que, en el seno del viejo palacio, la televisión estaba naciendo. El incendio destruyó parte de los experimentos televisivos de Baird, pero la era de la tele ya era imparable.
Esta torre fue creada como símbolo del avance del hierro, mide 300 metros, y se pensaba desmontar al acabar la exposición. Pero al final, acabo quedando sé en Paris, y así convirtiéndose en un símbolo identificativo de este.
Gustave Eiffel no solo construyo la Torre Eiffel, al contrario, sino que también hizo otras obras como:
- el puente de Luis I (en Oporto)
- el viaducto sobre el Garabit (en Francia)
En la exposición universal de Paris de 1889, donde se levanto la Torre Eiffel, no solo se levanto esta como símbolo del avance del hierro sino unas cuantas. Pero las mas destacadas fueron La torre Eiffel y La Galería de Maquinas. Estas destacaron porque representaban las grandes posibilidades del hierro a la hora de construir y porque fueron las más grandes jamás levantadas.
Otra influencia en al arquitectura fue George Haussman. Este era un barón que llevo acabo la reforma urbanística de l ciudad de Paris. Con ayuda Haussman consiguió crear una nueva cuidad que tenia:
- alcantarillado
- alumbrado
- jardines
- avenidas
Esta reforma urbanística influencio a otros países europeos a modernizarse. Como por ejemplo en Florencia donde se trazaron calles en línea recta, o en España donde sé tubo que ensanchar la ciudad debido al crecimiento de la población.
Y por ultimo la Escuela de Chicago quien también influye en la arquitectura de este siglo. Al principio los edificios de esta cuidad estaban hechos usando listones de madera q se fijaban con clavos pero, a medida que crecía la población y a causa del incendio necesitaban formas más rápidas de construir y por ello, pasaron de los listones a la utilización de hierro y hormigón armado.
Pero la Escuela de Chicago es famosa por que fueron los primeros en edificar rascacielos, e decir, edificios que contenían mas de nueve plantas. Pero, ¿por qué se causo que se empezaran a construir estos edificios ahora y no antes? Pues la creación del ascensor fue uno del más importante. Este invento facilitaba el acceso a las ultimas plantas de los edificios. Además con estos edificios se podía aprovechar al máximo el terreno. Los dueños no pagaban por los pisos que hacían sino por el terreno en el que los hacían. Y también influyo la utilización del hierro y el hormigón armado quienes ayudaban al edificio a mantenerse en pie y hacer una estructura mas firme.
Los principales representantes de esta escuela fueron:
- Louis H. Sullivan y Danklar Adler
quienes diseñaron entre otras cosas
El Auditorio de Chicago
- Willian Le Baron quien diseño Leiter building
En conclusión, la arquitectura del siglo XIX dio un gran cambio que se reflejo en la sociedad, su estructuración y en la edificación. En otras palabras fue un siglo de grandes cambios y modernizaciones arquitectónicas, que aun nos influyen y se ven hoy en día.
LA ARQUITECTURA DEL SIGLO XIX
El Palacio de Cristal
La estructura de hierro y cinc fue importada originalmente de Hamburgo, en Alemania, durante el gobierno del Gral. Eloy Alfaro en 1889. Por su increíble similitud con el famoso mercado de Las Halles, en París, fue destinado al mismo propósito y se convirtió en el Mercado de Santa Clara, ubicado en una pequeña plaza frente al monasterio del mismo nombre, entre las calles Benalcázar, Cuenca y Rocafuerte.
La armadura de hierro está compuesta por un cuerpo central que sostiene una cúpula de verticilos, de la que parten dos bóvedas de arcos rebajados, formando una cruz latina cuyas paredes están recubiertas totalmente por vidrio de alta resistencia, que permite al lugar una gran iluminación sin necesidad del uso de electricidad durante el día. Fue meticulosamente restaurada y reforzada por los expertos del Fondo de Salvamento (FONSAL) del municipio de Quito antes de ser traladada a su lugar final, sobre una plaza de granito dispuesta especialmente para el efecto.
Bajo el edificio principal, de 1.300 m2, se encuentran varios salones y servicios que complementan sus funciones como espacio cultural, tal como salas de conferencias, salones de eventos, baños y cocina. Cuenta además con dos restaurantes desde los que se tiene una vista impresionante del Centro Histórico de la ciudad.
Eventos
Desde su inauguración el lugar es administrado por el Centro Cultural Metropolitano, entidad adscrita a la Secretaría de Cultura del Municipio de Quito. Su primera gran exposición correspondió a la exposición arqueológica itinerante más importante de la región, la del Señor de Sipán.
El lugar ha servido además como encuentros literarios y para exposiciones públicas de artistas plásticos de renombre. En 2008 fue además la sede del informe presidencial de Rafael Correa al Congreso Nacional, cuyas instalaciones no podían ser usadas por encontrarse en remodelación tras el incendi sufrido dos año antes.
El edificio del Palacio de Cristal ha servido además como marco para varias presentaciones musicales celebradas en la explanada ubicada frente al edificio. El festival anual Quito Fest es el más importante de estos, y se realiza allí desde 2005, seguido por el de Rock en el Itchimbía.
Con sus 2.910 msnm, la colina de Itchimbía fue en la época aborigen un lugar de asentamiento de continuos grupos humanos, y durante la época de las ocupaciones quitu e inca se dedicó este espacio para la adoración de los Dioses, con énfasis en Inti. Ya durante la época colonial, la colina fue una de las barreras naturales de la ciudad española de Quito durante varios siglos, en los que el lugar era usado como sitio de caza y de entrenamiento militar.
En la década de 1920 del siglo XX, el historiador y arqueólogo Jacinto Jijón y Caamaño, conde de Casa Jijón, descubrió en la colina una tumba preincaica con un rico ajuar funerario que incluía una máscara de oro y narigueras. En 1997, durante los trabajos de adecuación del terreno para convertirlo en parque, el FONSAL halló en el extremo nororiental encontró varias ofrendas con orígen en el período de integración, confirmando los estudios realizados por Jijón.
2. Historia
Dentro del proyecto de recuperación global del Centro Histórico, emprendido por la alacladía de Quito en 1997, se decidió intervenir los terrenos de la cima del Itchimbía para convertirlo en un parque lúdico, turístico y ambiental. Tras la expropiación de algunas propiedades y el desalojo de una pequeña invasión ilegal, se cerró el área del parque para prevenir futuras acciones similares y los trabajos empezaron. Se transformó las 54 hectáreas en un centro recreativo respetando las especies tanto de flora como de fauna que habitan en el lugar y que son consideradas nativas de la ciudad.
El cabildo decidió además restaurar el edificio del Mercado de Santa Clara y convertirlo en un Centro Cultural que fue trasladado, pieza por pieza, al parque en la colina. Finalmente el lugar abrió sus puesrtas al puúblico en el 31 de julio de 2004, con la exposición arqueológica del "Señor de Sipán"
miércoles, 13 de octubre de 2010
Vivienda masiva en Quito Casa de los siete patios
Casa de los 7 patios
El problema de los alojamientos populares se convierte en el punto central de la ciudad del siglo XIX ya que de 2800 familias el 46 de 100 disponían de una sola habitación ,929 tenían una habitación única, 408 vivían en dos mientras que 623 no tenían nada más que una cama.
Estos problemas tienen su origen en causas de orden estructural de carácter social y económico de conjunto del país, así como en desequilibrios producidos por el crecimiento de Quito y así nacen las viviendas unifamiliares en la vivienda colectiva.
Un ejemplo es la casa de los Siete Patios es una atractiva construcción, ya que refleja los gustos arquitectónicos de la época colonial. Vale la pena una visita a esta casa única, situada en el centro histórico de Quito, que fue construido en la segunda mitad del siglo 19, y rediseñado en 1991, cuando la propiedad pasa al Ayuntamiento.
La estructura es grande y espacioso, con siete patios interiores. La galería, que conecta las diferentes partes del edificio, se construye alrededor de los siete patios, cada uno diferente. Esta casa es un testimonio de la experiencia popular que transformó a las viviendas unifamiliares en la vivienda colectiva. La restauración, sin duda, ha dejado un sello contemporáneo en el edificio. Es un buen lugar para conocer las tradiciones y la infraestructura del pasado.
Su tipología responde a plantas en forma de U con patio central, gran sencillez, galerías flanqueando el cuerpo principal y pequeñas torres de un piso sobre el acceso principal. Colores característicos, colorados, rosas y ocres. Paredes de gran grosor, frisos con cerámicas brillosas y de colores fuertes. Cerámicas oscuras y colores tierra en los pisos con aplicación de tocetos. Estas casas tenían interiores sencillos, con revoques de barro y bosta, y unas pocas veces un simple encalado en las paredes, los cielos rasos de vigas y ladrillos de techo. Las cocinas estaban en un segundo patio, era el lugar de recibo de las visitas menores. Las azoteas tenían una amplia superficie, aireada, servía para tomar fresco en verano, divertirse en carnaval y dialogar con los vecinos. En el centro del patio se solían encontrar los aljibes.
Una estructura ligera sobre cimentación y zócalo de hormigón soporta a la caja abierta construida. Circulación, servicios, paredes y otros elementos que permiten que la casa funcione se insertan. Todas las instalaciones corren concentradas paralelamente a la circulación, las aguas lluvias se separan de las servidas, son recogidas por superficie, chorrean por las paredes oxidadas de la caja y son devueltas al suelo.
El sistema constructivo y los materiales fueron consideraciones paralelas y se decidieron sobre premisas similares: un sistema que fuese modular y permitiese la toma de decisiones de acuerdo a variaciones en el presupuesto y el sitio.
El problema de los alojamientos populares se convierte en el punto central de la ciudad del siglo XIX ya que de 2800 familias el 46 de 100 disponían de una sola habitación ,929 tenían una habitación única, 408 vivían en dos mientras que 623 no tenían nada más que una cama.
Estos problemas tienen su origen en causas de orden estructural de carácter social y económico de conjunto del país, así como en desequilibrios producidos por el crecimiento de Quito y así nacen las viviendas unifamiliares en la vivienda colectiva.
Un ejemplo es la casa de los Siete Patios es una atractiva construcción, ya que refleja los gustos arquitectónicos de la época colonial. Vale la pena una visita a esta casa única, situada en el centro histórico de Quito, que fue construido en la segunda mitad del siglo 19, y rediseñado en 1991, cuando la propiedad pasa al Ayuntamiento.
La estructura es grande y espacioso, con siete patios interiores. La galería, que conecta las diferentes partes del edificio, se construye alrededor de los siete patios, cada uno diferente. Esta casa es un testimonio de la experiencia popular que transformó a las viviendas unifamiliares en la vivienda colectiva. La restauración, sin duda, ha dejado un sello contemporáneo en el edificio. Es un buen lugar para conocer las tradiciones y la infraestructura del pasado.
Su tipología responde a plantas en forma de U con patio central, gran sencillez, galerías flanqueando el cuerpo principal y pequeñas torres de un piso sobre el acceso principal. Colores característicos, colorados, rosas y ocres. Paredes de gran grosor, frisos con cerámicas brillosas y de colores fuertes. Cerámicas oscuras y colores tierra en los pisos con aplicación de tocetos. Estas casas tenían interiores sencillos, con revoques de barro y bosta, y unas pocas veces un simple encalado en las paredes, los cielos rasos de vigas y ladrillos de techo. Las cocinas estaban en un segundo patio, era el lugar de recibo de las visitas menores. Las azoteas tenían una amplia superficie, aireada, servía para tomar fresco en verano, divertirse en carnaval y dialogar con los vecinos. En el centro del patio se solían encontrar los aljibes.
Una estructura ligera sobre cimentación y zócalo de hormigón soporta a la caja abierta construida. Circulación, servicios, paredes y otros elementos que permiten que la casa funcione se insertan. Todas las instalaciones corren concentradas paralelamente a la circulación, las aguas lluvias se separan de las servidas, son recogidas por superficie, chorrean por las paredes oxidadas de la caja y son devueltas al suelo.
El sistema constructivo y los materiales fueron consideraciones paralelas y se decidieron sobre premisas similares: un sistema que fuese modular y permitiese la toma de decisiones de acuerdo a variaciones en el presupuesto y el sitio.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Primera Escuela de Bellas Artes en Ecuador
Church llega al Ecuador a pocas décadas de haberse constituido
la república y cuando de modo errático se empieza a dar
ciertos pasos en pos de la formación de un estado moderno.
Para el presidente García Moreno la instalación
de la educación pública en distintos niveles y categorías fue una
política de estado. En este contexto, el desarrollo de las ciencias
y las artes es visto como el cimiento de cualquier nación moderna.
Por eso, a lo largo de la segunda mitad del Siglo XIX, ya sea
desde iniciativas privadas o esfuerzos gubernamentales se buscará
establecer instituciones de formación artística. Aunque durante
este período lo que tenemos es, más que nada, esfuerzos
iniciales; todos ellos demuestran que el modelo a seguir era el
de la academia de bellas artes, especialmente la italiana. Y así
continuará siendo una vez que se funde la Escuela de Bellas Artes
en Quito en 1904 y se llegue a establecer la educación artística
de modo permanente.
Frecuentemente, los autores que han escrito sobre el arte
ecuatoriano del Siglo XIX, han vinculado a algunas de estas escuelas
de bellas artes con otra institución que se establece en el
Siglo XIX: la escuela de artes y oficios. Aunque parece que en
ocasiones las frágiles academias de bellas artes sí fueron anexadas
a escuelas de artes y oficios para garantizar su existencia, en
otras se llegó a confundir la función que cada una cumplía.
En el Ecuador en el Siglo XIX, cuando la industrialización era incipiente y más que
nada una aspiración de quienes diseñaban un modelo de estado
moderno, la confusión entre este tipo de instituciones era comprensible.
Pero, aún cuando a fines de siglo se establecían escuelas
de artes y oficios por todo el territorio nacional, la confusión
continuaba.
El presidente Gabriel García Moreno, en su empeño por modernizar
el país, se trazó un plan de industrialización que incluía la educación
del obrero industrial.
Durante su segundo período presidencial
funda la primera escuela moderna de artes y oficios,
destinada a la formación mecánica, técnica y estética de obreros
artesanales e industriales adultos. La Escuela de Artes y Oficios
del Protectorado Católico se inaugura el 1ro de marzo de 1872.
A diferencia de las academias de bellas artes que miraban al modelo
europeo, ésta tomó como modelo las escuelas de artes y
oficios de los Estados Unidos, particularmente aquellas dirigidas
por el Protectorado Católico de Westchester, con sede en Nueva
York.
La introducción de la educación artística en la educación
no especializada también estaba ligada a la idea de que a través
de ella se podía construir una cultura nacional.
De ahí la idea de formar un Instituto Artístico Panamericano. Como director de la
Escuela de Bellas Artes, Navarro había heredado una institución
que, como muchas de su época, se estableció a partir de una
dependencia muy fuerte con el modelo artístico europeo.
la república y cuando de modo errático se empieza a dar
ciertos pasos en pos de la formación de un estado moderno.
Para el presidente García Moreno la instalación
de la educación pública en distintos niveles y categorías fue una
política de estado. En este contexto, el desarrollo de las ciencias
y las artes es visto como el cimiento de cualquier nación moderna.
Por eso, a lo largo de la segunda mitad del Siglo XIX, ya sea
desde iniciativas privadas o esfuerzos gubernamentales se buscará
establecer instituciones de formación artística. Aunque durante
este período lo que tenemos es, más que nada, esfuerzos
iniciales; todos ellos demuestran que el modelo a seguir era el
de la academia de bellas artes, especialmente la italiana. Y así
continuará siendo una vez que se funde la Escuela de Bellas Artes
en Quito en 1904 y se llegue a establecer la educación artística
de modo permanente.
Frecuentemente, los autores que han escrito sobre el arte
ecuatoriano del Siglo XIX, han vinculado a algunas de estas escuelas
de bellas artes con otra institución que se establece en el
Siglo XIX: la escuela de artes y oficios. Aunque parece que en
ocasiones las frágiles academias de bellas artes sí fueron anexadas
a escuelas de artes y oficios para garantizar su existencia, en
otras se llegó a confundir la función que cada una cumplía.
En el Ecuador en el Siglo XIX, cuando la industrialización era incipiente y más que
nada una aspiración de quienes diseñaban un modelo de estado
moderno, la confusión entre este tipo de instituciones era comprensible.
Pero, aún cuando a fines de siglo se establecían escuelas
de artes y oficios por todo el territorio nacional, la confusión
continuaba.
El presidente Gabriel García Moreno, en su empeño por modernizar
el país, se trazó un plan de industrialización que incluía la educación
del obrero industrial.
Durante su segundo período presidencial
funda la primera escuela moderna de artes y oficios,
destinada a la formación mecánica, técnica y estética de obreros
artesanales e industriales adultos. La Escuela de Artes y Oficios
del Protectorado Católico se inaugura el 1ro de marzo de 1872.
A diferencia de las academias de bellas artes que miraban al modelo
europeo, ésta tomó como modelo las escuelas de artes y
oficios de los Estados Unidos, particularmente aquellas dirigidas
por el Protectorado Católico de Westchester, con sede en Nueva
York.
La introducción de la educación artística en la educación
no especializada también estaba ligada a la idea de que a través
de ella se podía construir una cultura nacional.
De ahí la idea de formar un Instituto Artístico Panamericano. Como director de la
Escuela de Bellas Artes, Navarro había heredado una institución
que, como muchas de su época, se estableció a partir de una
dependencia muy fuerte con el modelo artístico europeo.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Racionalismo
Racionalismo;

El racionalismo es una corriente filosófica que apareció en Francia en el siglo XVII, formulada por René Descartes y que se opone al empirismo. Racionalismo (del latín, ratio, razón), en filosofía, sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con el empirismo, que resalta el papel de la experiencia, sobre todo el sentido de la percepción. El racionalismo ha aparecido de distintas formas desde las primeras etapas de la filosofía occidental, pero se identifica ante todo con la tradición que proviene del filósofo y científico francés del siglo XVII René Descartes, el cual creía que la geometría representaba el ideal de todas las ciencias y también de la filosofía. Mantenía que sólo por medio de la razón se podían descubrir ciertas verdades universales, evidentes en sí, de las que es posible deducir el resto de contenidos de la filosofía y de las ciencias. Manifestaba que estas verdades evidentes en sí eran innatas, no derivadas de la experiencia. Este tipo de racionalismo fue desarrollado por otros filósofos europeos, como el holandés Baruch Spinoza y el pensador y matemático alemán Gottfried Wilhelm Leibniz. Se opusieron a ella los empiristas británicos, como John Locke y David Hume, que creían que todas las ideas procedían de los sentidos.
El racionalismo epistemológico ha sido aplicado a otros campos de la investigación filosófica. El racionalismo en ética es la afirmación de que ciertas ideas morales primarias son innatas en la especie humana y que tales principios morales son evidentes en sí a la facultad racional. El racionalismo en la filosofía de la religión afirma que los principios fundamentales de la religión son innatos o evidentes en sí y que la revelación no es necesaria, como en el deísmo. Desde finales del año 1800, el racionalismo ha jugado sobre todo un papel antirreligioso en la teología.
Racionalismo es una corriente filosófica europea que, posteriormente fue subdividida por los historiadores en dos bloques antagónicos: racionalismo y empirismo. Comprende todo el siglo XVII y es un largo e intenso epígono metafísico a los grandes progresos de la ciencia del Renacimiento. En él la filosofía adopta el paradigma matemático de la geometría y el paradigma experimental de la física, oponiéndose tanto al escepticismo pirrónico como al formalismo escolástico. Sus características principales son:
Racionalismo continental: se centra en el hombre como punto de partida para tratar los temas de la filosofía tradicional (Dios, el mundo y el alma), queriendo conectar con los orígenes de la filosofía clásica y la consideración de la Edad Media como un período de oscuridad en la historia de la filosofía (impuesto por el Renacimiento).
Propiamente el racionalismo como corriente filosófica nace con Descartes culminando con Leibniz a principios del XVIII. Tiene su continuación en el idealismo hasta que, contemporáneamente, se abandone la metafísica como principal tarea de la filosofía.
El intelectual del XVII, se encuentra sin los puntos de referencia tradicionales, por ejemplo, se imponía una nueva imagen de Dios más íntima, en cierto sentido cercana a los planteamientos de S. Agustín. Por otra parte, desde el siglo anterior la ciencia había caminado de espaldas a la tradición aristotélica, por considerarla en el contenido estéril y en el método inoperante. La física y la matemática se habían convertido en "la Biblia", para comprender el mundo. La eficacia del método científico se trasladó a la filosofía y en la teoría del conocimiento, el racionalismo exageró el papel de la conciencia ayudada por el método matemático y minimizó el papel de la experiencia. Máxima del racionalismo será: no hay más fuentes de conocimiento y verdad que la razón.
Además el racionalismo, fue fiel al principio de inmanencia nacido en el nominalismo1 del XIV, lo que se concreta en que el punto de partida del análisis filosófico es el Yo. Toda construcción especulativa debe dar sentido a la razón individual frente a la revelación divina y a la visión tradicional del mundo. El racionalismo fue un intento de explicar un nuevo mundo para un hombre que se define no por ser hijo de Dios, sino por poseer una razón infinita e ilimitada, instrumento adecuado para dominar y transformar su mundo.
Tres son los principios racionalistas: Un nuevo método que sustituye a la lógica aristotélica; el grado más alto de conocimiento es la intuición intelectual; y el sustancialismo: la realidad es sustancial.
Lógica y método.
Todo filósofo moderno que se preciara debió escribir un libro sobre el método. Los ejemplos más claros son: En Descartes: "Reglas para la dirección del espíritu", y "Discursos del método". En Spinoza: "Tratado sobre la reforma del entendimiento". Y en Leibniz: "Ars convinatoria".
El método racionalista se puede caracterizar negativa y positivamente:
Niega validez a la lógica aristotélica y a la lógica formal del silogismo de los escolásticos. Se sustituye la lógica de tres tiempos por otra binaria en la que cada eslabón de una deducción se une sin intermediarios a la premisa anterior (como los pasos que se siguen en la resolución de una ecuación).
Desde el punto de vista positivo el método racionalista atendiendo al contenido del pensamiento (no es una lógica formal), se organiza sobre el modelo de las matemáticas permitiendo una deducción (de lo general a lo particular), que avanza con identidades y diferencias. Para un racionalista ni la ciencia ni la filosofía pueden perderse en razonamientos analógicos. Solo las matemáticas permiten un método exacto e inequívoco.
El modo de conocimiento es la intuición intelectual, que por ser directo, inmediato y evidente, es el único capaz de manifestar la verdad de las cosas, lo racional de la realidad. Todo el saber se construye a partir de la razón mediante intuición y deducción. La auténtica facultad del conocimiento es la razón, negándose esa facultad a la sensibilidad. Esto obliga a mantener que la forma y el contenido del conocimiento no proceden de la experiencia sensible y a reconocer el innatismo de las ideas. Los objetos del conocimiento no son las cosas, sino las ideas que son inmediatamente percibidas por la Razón.
En Descartes, además debemos distinguir entre ideas adventicias (rechazables por dudosas al proceder de los sentidos), facticias (rechazables por ser construcción de la mente a partir de otras) e innatas (las únicas seguras). Estos son los tres tipos de ideas, para Descartes, que en general entiende como todo aquello que el espíritu humano concibe de modo inmediato.
La Ontología racionalista defiende que toda realidad es sustancial que "ser" es "ser sustancia". Con ello pretende ser heredero de la tradición aristotélica, sin embargo las modificaciones que introduce en el concepto de sustancia impiden mantener esa tradición, lo único que queda de Aristóteles es que la sustancia es el modo más propio del ser.
Los racionalistas se diferencian por su concepto de sustancia (enumeran y definen clases de sustancias). Descartes, por ejemplo, distingue una sustancia infinita y dos finitas. Spinoza defiende una sola sustancia con infinitos atributos y modos. Leibniz defiende infinitas sustancias (mónadas) armonizadas por la 1ª, que es Dios.
Ecuador, comparado con otros países latinoamericanos, tampoco ha sido muy fértil en la expresión y comentario, a través del ensayo político, de las tendencias continentales de turno; usualmente, y esto es algo que a mi parecer continúa sucediendo en la actualidad, en el panorama ecuatoriano los referentes del pensamiento político se han cifrado en dos o tres mentes destacables. Es posible que el período republicano, que coincide con la consolidación de la ex Unión Soviética y la instauración del mundo bipolar, sea uno de los más profusos en la expresión de un pensamiento político que parta de bases filosóficas, la expresión de las ideas a través de otras disciplinas como la sociología, la antropología o el estudio étnico cultural con base descriptiva, que es el de mayor incidencia en la actualidad ecuatoriana; este ensayo, más bien, apunta a identificar influencias expresamente filosóficas que se han traducido en una concepción política del Estado o del hombre.
En la segunda mitad del siglo XVIII se gestaba una pre república ecuatoriana: la monarquía española en decadencia (cuya afán conquistador se había sustentado sobre las bases de la escolástica, y por ende sobre los fundamentos estructurales de Aristóteles) comenzaba a resquebrajarse en sus fundamentos monárquico-religiosos, merced a las ideas racionalistas provenientes de Francia y sustentadas sobre la base científica racional cartesiana. Dos figuras importantes, en esta pre república, comienzan a desarrollar el ideal iusnatural racionalista, opuesto al iusnaturalismo teológico dominante: Eugenio Xavier Espejo y José María Lequerica. A partir de estos dos exponentes del pensamiento pre republicano, “el ideario ilustrado se presenta como una cosmovisión liberadora fundamentada en un orden político de caracteres democráticos en un sistema económico basado en el libre comercio en una estructura social menos rígida y más igualitaria y en una apertura cultural irreversible[1]”.
El paradigma escolástico, pilar de la estructura monárquica del gobierno español, se adecuó fácilmente a los fines de la conquista; la ley humana, en la línea del iusnaturalismo teológico, no tenía independencia: existía en tanto y cuanto se adecuase a los fines de la ley natural, y siendo la ley natural una participación de Dios de la Ley Eterna al hombre, la ley humana se hacía por lo tanto esclava de la ley eterna. Esta estructura jerárquica sostenida por la Iglesia Católica implicaba, entre líneas, la sujeción del poder terrenal al poder divino, del que la Iglesia era representante. De esta manera, cualquier medio estaba justificado para el fin del Estado-Iglesia, y tal como lo sostenía Santo Tomás de Aquino en la “Suma Teológica”, incluso la violencia estaba disculpada en pro de la salvación de las almas, y más aún de aquellas que se suponía estaban en estado de “barbarie biológica” como las de los indios de las Américas.
El punto de ruptura de la filosofía moderna, a partir de Descartes con la escolástica tomista, estribó en la forma en que se admitía el conocimiento. En Descartes, la única proposición sostenible era la de “cogito, ergo sum”, de manera que la admisión de cualquier otro tipo de premisa debía pasar a través del tamiz de la duda metódica, y esto implicaba necesariamente someter las diversas ciencias (entre ellas la política) al rigor del método para llegar, si era posible, a una acción. El tomismo, en cambio, siendo estrictamente descriptivo pues la verdad ya había sido revelada a través de la Ley Eterna y a través de la ley natural, suponía que la tarea del hombre era únicamente adecuar su comportamiento a fines ultra terrenales. Entre ellos, el principio de jerarquía que la Iglesia trasplantó a los modelos de Estado se suponía un principio divino que avalaba, consecuentemente, las monarquías teocráticas. Por ello, con el racionalismo se inicia en Francia un proceso de ilustración que culmina desde luego con la toma de la Bastilla y la Declaración de los Derechos del Hombre. En esta Declaración, las palabras “democracia”, “libertad”, “igualdad” y “fraternidad” tenían una connotación rebelde y sacrílega contra la estructura tomista monárquica y desigualitaria. La Constitución de Quito de 1812, por ejemplo, en plena época de decadencia escolástica (pero aún sobreviviente), reflejaba en su preámbulo los influjos del iusnaturalismo teológico:
“En el nombre de Dios Todopoderoso Trino y uno El Pueblo soberano del Estado de Quito, legítimamente representado por los Diputados de las Provincias libres que lo forman, y que se hallan al presente en este Congreso, en uso de los imprescindibles derechos que Dios mismo como autor de la naturaleza ha concedido a los hombres para conservar su libertad, y proveer cuanto sea conveniente a la seguridad y prosperidad de todos, y de cada uno en particular[2]...”
Si, en cambio, analizamos comparativamente el preámbulo de la Constitución de 1830, ya en los inicios de la República Ecuatoriana, veremos claramente que la influencia del iusnaturalismo racional es evidente en la concepción de un modelo de Estado principalmente liberal, y en la concesión de derechos a los particulares que actuaran como un freno al poder absoluto del Estado; en efecto, la Revolución Francesa y las ideas liberales del iluminismo francés fueron una reacción al poder despótico que habían acumulado el Estado y la Iglesia. El racionalismo inaugura, en las ciencias políticas, la ruptura entre los poderes terrenales y los poderes temporales de la Iglesia, ruptura sustentada sobre el principio de igualdad formal ante la ley y avalada por al concesión del poder estatal en la base de la voluntad popular soberana. El preámbulo de la Constitución de 1830 rezaba:
“En el nombre de Dios, autor y legislador de la sociedad, nosotros, los Representantes del Estado del Ecuador, reunidos en Congreso, con el objeto de establecer la forma de Gobierno más conforme a la voluntad y necesidad de los pueblos que representamos, hemos acordado la siguiente Constitución del Estado del Ecuador[3]”
A nadie le es desconocido que Olmedo, Febres Cordero y Roca, quienes actuaron de constituyentes en 1830 y que fueron también gestores de la independencia de Guayaquil, eran eminentes e ilustres masones. Aquí aparece (veremos que más tarde hay dos o tres apariciones más de la masonería en el desarrollo de las ideas revolucionarias ecuatorianas) la concepción deísta de la religión. El liberalismo francés, volteriano y rousseauniano, debido a que estos también pertenecían a logias masónicas francesas, no era un liberalismo ateo más sí un liberalismo anti católico y anti clerical. Por esto, la Constitución de 1830 permanece con la idea de Dios como “legislador” y “Arquitecto del Universo”, más no otorga a la ley humana una absoluta dependencia de la ley divina.
La primera presidencia de la República del Ecuador del Gral. Juan José Flores fue un producto cultural de la influencia de la época revolucionaria francesa y americana; por lo tanto, el gobierno de Flores fue en teoría el primer gobierno liberal ecuatoriano. Ahora bien, debido a la influencia militar de Flores, cuyo genio y destreza se caracterizaron más bien en el campo de batalla y no en el terreno de las ideas políticas, en la práctica su gobierno se comportó como un gobierno conservador; la presentación de “El Quiteño Libre” como el principal periódico de oposición al gobierno floriano estuvo marcada por la mano de Francisco Jal, declarado seguidor de las ideas utilitaristas de Jeremías Bentham. Esta es la primera aparición del utilitarismo dentro de la sociedad ecuatoriana; aunque sin mayores connotaciones doctrinarias, la idea del utilitarismo de Bentham aparecerá más tarde, ya en el siglo XX, con mucha fuerza con la aparición de Luis Napoleón Dillon, cuyas ideas se vincularon principalmente en la teoría económica en la difusión del libre cambio y en la búsqueda de una sociedad basada en la suma de los bienestares individuales como el perfecto ideario del bienestar común de la sociedad. Es de citar su obra cumbre, “La crisis económica financiera del Ecuador”, editada en 1914, en la cual se pueden ver reflejadas las ideas liberales principalmente de corte inglés. Flores, como ya se dijo, no era un intelectual; de ahí que en el ejercicio del poder su modelo económico no coincida con su modelo teórico. Las mismas estructuras conservadoras se repetirán en la segunda y tercera presidencia floreana.
En esta primera etapa republicana, es más bien el primer gobierno de Vicente Rocafuerte el que aparece con un enfoque político de tendencia claramente francesa. La cercanía de Rocafuerte con la nobleza napoleónica en Saint Germain-in-Laie cerca de París, donde cursó estudios, posiblemente haya influido en el conocimiento de las ideas contractualistas de Rousseau, y de ahí seguramente tuvo acceso a otro tipo de contractualistas como Hobbes y Locke. Rocafuerte estaba de acuerdo, políticamente, con un gobierno fuerte al estilo hobbesiano, donde el contrato social aparecía revestido de una necesaria fuerza coactiva que suprimiera las pasiones de los individuos, a través del Estado. Fijémonos que en el Art.2 la Constitución de 1835 (siendo Rocafuerte presidente) aparece por primera vez la noción teórica del contractualismo, primer antecedente constitucional en el cual se establece que la soberanía reside en la Nación y que es por delegación de este poder que las autoridades ejercen el mandato, concepción que claramente se origina en Hobbes y Locke; la afirmación de que Rocafuerte haya sido asiduo lector del empirismo inglés de este último se comprueba en la lectura de un ensayo publicado en 1831 del que es autor, titulado casualmente “Ensayo sobre la tolerancia religiosa”, título y características similares a “Carta sobre la tolerancia” publicada por Locke en 1689.
La Historia ecuatoriana de las ideas continúa con el marcismo de Olmedo, Noboa y Urbina; al marcismo se lo conoce como aquella etapa de la República Ecuatoriana que abarca entre los años 1845 y 1860 porque sus cinco gobiernos toman en mayor o menor grado, como bandera y programa, la oposición al ex primer mandatario Gral. Juan José Flores. Si una idea constituye la espina dorsal de la tendencia marcista es la de ser una propuesta liberal básicamente anticlerical.
Aunque el escolasticismo había iniciado su decadencia en la prerrepública, las ideas teológicas buscaron nuevas formas de adaptación a las ciencias experimentales de las nuevas décadas. Así, el clero utilizó la coyuntura de Taillard de Chardin para intentar conjugar fe y ciencia, aunque las propuestas liberales que se inician a partir de 1830 buscaban principalmente dejar fuera del poder terrenal del Estado al peligroso poder temporal de la Iglesia, que había abarcado hasta ese entonces todos los campos del saber y de las ciencias políticas.
La antítesis que generó el marcismo se tradujo en el conservadurismo católico científico de García Moreno. Si bien la etapa que inaugura el garcianismo no constituye el regreso al escolasticismo medieval, no hay duda de que García Moreno había diseñado todo su plan político a partir de la reivindicación de los derechos de la Iglesia desde una postura de influencia claramente calvinista. Era asiduo lector de las ideas jesuitas sobre la concepción de Dios, el hombre y el mundo; la combinación entre Calvino y jesuitismo se refleja en un panfleto publicado en el año 1851 de nombre “Defensa de los jesuitas”; sin embargo, García Moreno admitía la idea del positivismo científico y de un método investigativo necesario para la ciencias experimentales. A través de la figura de Taillard de Chardin logra conjugar el tradicionalismo filosófico escolástico con el positivismo científico, y dotar consecuentemente de nuevos contenidos al iusnaturalismo teológico. García Moreno, a diferencia de Flores, no estuvo solo en la difusión del pensamiento iusteológico: el equipo intelectual del garcianismo constaba de nombres como el de Fray Vicente Solano, autor de cuatro volúmenes editados en España que conforman sus “Obras Completas”, Manuel José Proaño, que publica dos obras, “Catecismo filosófico” y “Obras oratorias”, y Federico González Suárez, cuyo “Historia del Ecuador” constituye aún en la actualidad un referente para el estudio de los acontecimientos que marcaron la historia del Ecuador. Todos ellos aportaron a la creación de una nueva conciencia humana de la religión, no solamente descriptiva sino también investigativa, que ofrecía construir una sociedad de bienestar general desde la idea divina.
Una importante reforma política en el gobierno de García Moreno se dio con la abolición del voto censitario y la introducción de los comicios directos para la elección de los gobernantes. Hasta la Constitución de 1861 el ejercicio de los derechos políticos, y especialmente el derecho al voto, estaba dado por la cantidad de dinero que ganaba una persona, por los bienes que poseía o por la situación racial a que era acreedora.
El conservadurismo católico científico de García Moreno buscó un enemigo como idea política necesaria para proponer una solución, y este fue el liberalismo anticlerical. Con García Moreno se abre un período negro para las minorías religiosas: declaró, en el Art. 12 de la Constitución, la oficialidad de la religión católica dentro del Estado ecuatoriano, lo cual en la práctica se tradujo en una persecución violenta de los grupos religiosos minoritarios o no católicos.
Es de destacar, en esta época, la férrea oposición que genera uno de los más ilustres pensadores de la filosofía ecuatoriana: Juan Montalvo. Su obra “Las Catilinarias” es una muestra brillante de mordacidad y sarcasmo al más puro estilo Voltaire, del quien el autor se declaraba expreso seguidor y admirador. La influencia volteriana era clara en la obra de Montalvo a través de los agudos y “sacrílegos” ataques en contra del jesuitismo y del escolasticismo.
Frente a estas dos corrientes antitéticas, en 1875 pareciera que se encumbrara, siguiendo el camino de la dialéctica, una vía ecléctica a la que usualmente se ha llamado progresismo. A mi criterio, el progresismo es el primer antecedente de un “centro ideológico”, como vía intermedia pero de base, nuevamente, liberal. A diferencia de Rocafuerte, Urbina o Peralta, el progresismo era un liberalismo católico, que principalmente buscaba reformar el conservadurismo absolutista católico del garcianismo, sin llegar a los extremos de negar a la Iglesia y a la jerarquía como fuente y estructura del Estado ideal. Sin embargo, el pensamiento del progresismo se pierde en el campo de la ciencia política tal como usualmente le acontece al “centro ideológico”, entre el contentar a los liberales y el contentar a los conservadores. En la práctica política, cualquier posicionamiento del progresismo se veía absolutamente difuminado, vago y ambiguo, pues en el intento de sintetizar las tendencias del liberalismo anticlerical y del conservadurismo escolástico, los progresistas caían en el error de jugar a un Estado maquiavélico en el que el fin último, que era el Estado, se justificaba no importando cuál fuera el medio. A mi criterio, la síntesis que propugnaba el progresismo nunca llegó, y la época progresista se pierde en meras estrategias de estadistas como Ventimilla y Borrero, que buscaron mantenerse en el poder a toda costa no importando los medios empleados, incluyendo la dictadura.
El siglo XX amanece a la Historia con la revolución liberal de Alfaro. Es cierto que, a diferencia de los otros expositores del liberalismo que pasaron por el Ecuador republicano, el liberalismo alfarista no era un liberalismo académico; sin embargo, no hay que desconocer una tendencia en el alfarismo liberal, en palabras de Jorge Salvador Lara, “hacia lo romántico”.
La influencia liberal alfarista estuvo marcada por la pertenencia de éste a la masonería; de ahí el carácter laico de la corriente, que no debe ser confundida con la posición anticlerical sostenida por autores anteriores. Cimentada sobre la base de la tolerancia y la igualdad de trato en materia religiosa, el laicismo alfarista es un acercamiento del Estado a la consecución de una ética pública, en la cual se garantiza un marco de igualdad para todos los habitantes del Estado ecuatoriano sin que éste deba tomar parte en una tendencia específica. Dentro del equipo intelectual de este gobierno se puede destacar a Abelardo Moncayo, Roberto Andrade, Gonzalo Córdoba, Juan Benigno Vela y José Peralta, este último influido por el krausismo. Ahora bien, los principios liberales de Alfaro que mayor relevancia tuvieron fueron los que se aplicaron principalmente en el campo de la libre competencia y la participación de la empresa privada en el sostenimiento de los servicios públicos. La empresa del ferrocarril, por ejemplo, no hubiera podido llevarse a cabo sin el aporte de capitales extranjeros, provenientes en su mayoría de EEUU; algo similar se planteó con la posibilidad de que las islas Galápagos pasaran a ser un protectorado de ese país.
Posterior a Alfaro, el liberalismo tiene ligeras modificaciones en cuanto a su influencia geográfica; el gobierno de Estrada , por ejemplo, fue una muestra de un liberalismo mercantil, burgués, de clara influencia inglesa y dominado por las teorías mercantilistas fisiocráticas en la línea de Adam Smith.
El socialismo aparece tarde en el Ecuador en el contexto de las teorías de las ideas; en 1907, el socialismo comienza a tomar cuerpo de la mano de figuras como Agustín Cueva Dávila, Belisario Quevedo y del eminente jurisconsulto Víctor Manuel Peñarrera, tres intelectuales que emplean los estudios sociológicos como un instrumento adecuado para abordar la realidad nacional con base en las teorías dialécticas marxistas. Por su parte, Pío Jaramillo Alvarado, con su libro “El indio ecuatoriano”, publicado en 1942, marca un hito en la historia de las ideas del país pues es el primero en plantear la realidad ecuatoriana en la perspectiva indigenista, desde la funcionalidad social de los indígenas en la estructura democrática del país. Pero no es sino hasta 1940 que se da el período de mayor brillo del socialismo ecuatoriano, que logra despertar un gran entusiasmo en los sectores juveniles universitarios. Las figuras más descollantes en esta etapa son las de Alfredo Pérez Guerrero, emérito rector de la Universidad Central, cuya obra principalmente se destaca principalmente en el campo del derecho civil.
La línea dura del socialismo la encabeza Manuel Agustín Aguirre, líder de una fracción revolucionaria y extremista cuya obra en el campo del ensayo político y económico arroja títulos como “Lecciones de marxismo”, “Historia del pensamiento económico” y “Dos sistemas, dos mundos”, obra que denuncia las graves desigualdades sociales en el Ecuador; la obra de Julio Moreno, “Pensamiento filosófico social” también es de destacar. Sin embargo, muchos de estos autores socialistas eran principalmente anti-filósofos, ya que negaban la posibilidad de que existiera un pensamiento filosófico propio en el ámbito ecuatoriano. La línea del socialismo democrático ecuatoriano asume casi en su totalidad la tendencia del marxismo pro-soviético, y muchas veces cayó en el error de transplantar sistemas filosóficos complejos a la realidad nacional, con la consecuente anulación total de un pensamiento propio generado “hacia fuera”, no importado “hacia adentro”.
Tal vez una de las corrientes políticas que mayor impacto haya tenido en Latinoamérica (si se puede asumir como corriente) y que echó raíces en Ecuador, sea el populismo. Pero la historia del populismo puede resultar una paradoja dentro del pensamiento ecuatoriano y latinoamericano, pues no es una idea fija, no parte de un sistema teórico, estructural, sino que es más bien resultado de las coyunturas sociales inconformes ante los postulados tecnocráticos del liberalismo y la complejidad del pensamiento marxista leninista como una expresión del proletariado y del pueblo oprimido. ¿Cuál es la causa, entonces, por la que el populismo surge como una ideología de masas?. La respuesta, como otras tratándose de la semiótica política (por ende de la sociedad cambiante), la encontramos en un análisis histórico de los fenómenos políticos como fenómenos del lenguaje: por una parte la forma como la izquierda política irrumpe en el panorama político en su núcleo duro, es elitista. Una elite lingüística es la que diseña el programa de acción del proletariado (¿una paradoja?); a pesar que el marxismo-leninismo, y luego las subsiguientes ramificaciones del marxismo, proponen una reivindicación de lo popular (proletariado, subproletariado, hombre medio-burgués), éste, desde un principio, “de facto” permanecía ajeno a la idea del pueblo, porque sus discursos eran simplemente incomprensibles. Por otra parte la ideología liberal, el capitalismo y el neoliberalismo también auspiciaban un discurso bastante alejado de los conceptos populares económicos. Aunque el lenguaje liberal es básicamente económico, en oposición al lenguaje socialista que es fundamentalmente político-filosófico, el liberalismo siempre ha incurrido en un lenguaje excesivamente técnico (tecnócratas) para la soberanía popular. Visto así el panorama del lenguaje político, era obvio que una creciente masa de votantes, a quienes se les había dicho ser agentes directos de manifestación del poder, se sintieran cada vez mas y más incongruentes con su función, porque el lenguaje empleado por quienes representaban su exteriorización como ente soberano era irrepresentable e irreproducible en ellos mismos.
Consecuentemente, así como un camaleón y debido a que no poseía una axiología estructural que lo identificara, se ve al populismo (a partir de Velasco Ibarra) como una ideología de política práctica, y como tal se lo encontraba aliado tanto a la Derecha como a la Izquierda. Velasco Ibarra representa, por ejemplo, un tipo de populismo con tendencia socialista. En la antítesis, Asaad Bucaram representa un populismo de tipo conservador, más vinculado a las ideas de la Derecha. En el populismo de corte socialista Velasco Ibarra aporta de manera ilustrada al pensamiento ecuatoriano con obras como “Conciencia o barbarie”, “Tragedia humana y cristianismo”, y “Expresión política latinoamericana”, pero indudablemente su obra cumbre es “Servidumbre y liberación”, consagrada al valor supremo de la persona humana contra todo tipo de discriminación. El libro aparece como una muestra clara de un catolicismo ilustrado, crítico frente a la realidad latinoamericana a la que considera injusta, y confiado en la asistencia divina; pero este pensamiento filosófico velasquista fue básicamente descriptivo, y en nada aportó al delineamiento de una teoría de la estructura del populismo o a la generación de una idea nueva dentro del pensamiento latinoamericano o continental. Como en la mayor parte de las ideas en la Historia ecuatoriana, el pensamiento nacional siempre ha estado condicionado a la pertenencia a un sistema filosófico extranjero. No hay originalidad, en el siglo XX, en la filosofía política nacional.
El populismo, heredero de la razón instrumental y estratégica, vuelve a parecer en ambos “lados” ideológicos, izquierda y derecha, en los gobiernos de Febres Cordero y Abdalá Bucaram. No hay, desde luego (más allá de la puesta en marcha que planes económicos de gobierno), un antecedente ideológico que los justifique como portadores de una tendencia política real. El social-cristianismo da claras muestras, tanto en la presidencia de Camilo Ponce como en la de Febres Cordero, de ser una tendencia populista con tintes regionales (Quito-Guayaquil), pero la idea conservadora originaria sigue sin cambios o alteraciones. Bucaram, junto con Velasco Ibarra, conforman la dualidad populista-socialista entendiendo que Bucaram, habiendo proclamado su gobierno como social demócrata, y partiendo sus lineamientos del gobierno de Jaime Roldós, de clara tendencia socialista, se proclamaba a sí mismo como una derivación o consecuencia atenuada de la ideología roldosista. Los de Roldós y Borja, en cambio, son a mi criterio las dos únicos gobiernos en los que se intentó introducir un gobierno de corte socialista en la Historia de la República ecuatoriana. El intento roldosista evidentemente fallido debido a su prematura muerte, y el intento borjista, que paradójicamente se origina en el liberalismo (ya que Borja fue un militante del partido liberal), no lograron concretar el ideal de un modelo de Estado social de bienestar. La figura de Borja en el ámbito del pensamiento filosófico y académico ecuatoriano ha tenido una trascendencia relevante; principalmente su “Enciclopedia política” es una muestra loable de sistematización de la jerga política universalmente utilizada, y aquella que se aplica en el contexto latinoamericano y ecuatoriano. Pero es claro, para quien ha leído esta obra, que sus ideas tienen un marcado corte ilustrado, de índole liberal, fuertemente marcado por las ideas de Rousseau, Diderot, Montesquieu y Voltaire del iluminismo francés, idea que no proclaman precisamente un Estado social de bienestar sino un Estado abstencionista de corte liberal.
En la escena política ecuatoriana también tenemos dos exponentes del influjo de las ideas políticas alemanas a través de la tendencia demócrata popular, un intento de reconstrucción del partido de los “verdes”. Pero hay una diferencia sustancial, en la democracia popular, entre el gobierno de Osvaldo Hurtado y Jamil Mahuad, aunque de por sí el pensamiento académico de Osvaldo Hurtado marca un fraccionamiento de la idea de la democracia cristiana alemana. Con un tinte inicialmente socialista, vinculado a la idea de la social democracia alemana, la figura de Hurtado cambia abruptamente a partir de la presidencia de Mahuad hacia un estilo más abierto, de íntimas conexiones con la derecha democrática alemana.
El año de 1980 señala un punto de quiebre tanto en el panorama mundial como en el panorama político ecuatoriano. Cae el Muro de Berlín, y con el se derrumba la utopía socialista que dio origen, en algún momento, al “Gran Elefante Federado” de la URSS. La caída del Muro coincide con el proceso de globalización de la humanidad, que se inicia económicamente pero que luego se extiende a los campos políticos y culturales de la vida de las Naciones. Desde luego, la Izquierda tuvo que replantearse una reformulación de sus objetivos para poder subsistir en el nuevo mundo globalizado. El derrumbe del socialismo tampoco significó una noticia del todo agradable para la tendencia liberal, pues a mi criterio el mundo bipolar antes de la desaparición de la ex Unión Soviética mantenía un equilibrio en el mundo producto de la generación de las antítesis: tanto al liberalismo como al socialismo les servían sus enemigos ideológicos como formas de afirmación de su propia estructura. La caída del Muro no sólo significa la reformulación del socialismo sino también del liberalismo, de cara a suplir la función social a la que antes había renunciado pero que ahora se vería en la dura tarea de implantar pues se exigía que tomara las riendas de la hegemonía ideológica mundial. Pareciera que, tal como lo proclama Fukuyama en 1992 con la publicación de “El fin de la Historia y el último hombre”, la metodología histórica hegeliana marxista se dio de bruces al verse en la imposibilidad de continuar con el progreso a partir de la lucha de los contrarios con el impedimiento de la generación de la antítesis. Este es el sentido, entonces, del fin de la ideología y del fin de la Historia: la Historia, vista desde un método dialéctico, se encuentra en la imposibilidad de continuar ya que no encontramos actualmente la generación de una antítesis proporcional y probable que se oponga a la tesis, el liberalismo.
¿Qué pasa entonces con las ideas políticas del Ecuador del siglo XXI? Evidentemente, la política ecuatoriana se encuentra ante un ciudadano votante que ya no piensa en función de la bipolaridad ideológica, sino que tal como lo sostiene Ronald Inglehart, el votante posmaterialista actual piensa únicamente en función de los beneficios que le puede conceder una u otra propuesta. Si recorremos el panorama del pensamiento ecuatoriano actual, veremos que hay tres ejes sobre los cuales se está centrando todo el análisis político ideológico: la globalización, la antiglobalización y los conflictos regionales-continentales. En la tendencia pro-globalización se encuentran agrupados los organismos vinculados con la producción y el comercio en el Ecuador, y con el resurgimiento de un grupo de intelectuales de clara tendencia utilitarista. En cambio, el socialismo ha visto una salida a sus ideas caducas a través de la oposición ideológica que genera a la globalización. De por medio es claro que se encuentra el discurso de los derechos humanos como una posición intermedia (yo diría que es el discurso más real que tiene la social democracia en este momento), y que propugna fuertes modificaciones a las estructuras legales y judiciales en aras de la defensa de grupos vulnerables, como mujeres, niños, afroecuatorianos, jóvenes, etc. Por último, es innegable que los conflictos regionales-continentales en esta, la era de la inmigración, están haciendo sucumbir las bases de los Estados y empedrando el camino hacia la vuelta, tal vez, de los Estados-Ciudades. En definitiva, en este breve repaso de la historia de las ideas ecuatorianas es claro que existe todavía una carencia de un pensamiento político propio, arraigado sobre bases axiológicas y filosóficas de generación nacional; las tendencias que usualmente se han reproducido en el Ecuador han sido también fruto de su posición secundaria en la Historia de la evolución de la humanidad. El Ecuador aún se debe a sí mismo, y le debe al mundo, la producción de un pensamiento propio que genere una justificación de la propia razón de ser del ecuatoriano y de la aplicación de un modelo de Estado acorde a la madurez de un ciudadano políticamente ilustrado, crítico y ante todo productor de pensamiento.
Bibliografía:
es.wikipedia.org/wiki/Racionalismo
racionalismo.org/
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